En muchas ocasiones, llegamos a creer que para crecer en esta industria, debemos solamente rodearnos de personas que sepan del tema, cuando en realidad, no podríamos estar más equivocados. Es muy importante platicar con aquellos que están en el mundo publicitario pero también es increíblemente enriquecedor escuchar lo que piensan las personas ajenas a ella, ya que el otro lado de la moneda, puede dejarte pasmado. De estas experiencias, es donde he encontrado el fenómeno del que quiero platicarte: En numerosas ocasiones, te he hablado de la mala publicidad, de lo tediosos que pueden llegar a ser los spots monótonos o de lo ridículos que son algunos discursos. En este momento, te hablaré de algo totalmente diferente y es de esas piezas de publicidad que por el contrario, nos erizan la piel, nos hacen llorar o reír y que lo primero que nos provocan, es contarle a alguien de lo que vimos, porque nos hicieron sentir algo y queremos compartirlo. Hasta aquí, todo suena increíble: la gente está hablando del resultado de nuestro trabajo. Ahí es cuando entra la pregunta que me encanta hacerle a las personas que me cuentan de algo de publicidad que les gustó o que lo compartieron en redes sociales: ¿de qué marca era? Y sí amigos, ya podrán imaginar la decepcionante respuesta. Siento que esto, es una de las peores cosas que le puede pasar a una pieza de este tipo, porque nos concentramos tanto en la forma (que es indiscutiblemente buena) en que presentamos un producto, servicio o idea, pero nos olvidamos de también darle importancia a la marca misma, que queramos o no, es parte importante. De esta forma, es cuando podemos afirmar que nuestro concepto fue muy bueno, pero se comió a nuestro producto y creo que no queremos eso. Finalmente, en la publicidad todo va de la mano y funciona como engranes que se complementan. No podemos darnos el lujo de darle más importancia a algo, porque al final, los resultados se verán reflejados. No se trata de protagonismos, sino de unir fuerzas en todos sus componentes, para crear una obra maestra. Así que la siguiente vez, haz la prueba. Si esa persona comienza diciendo: ¿viste el comercial de…? las cosas van marchando bien, porque concepto y marca trabajaron como uno mismo. Si conoces al equipo creativo que lo hizo, felicítalos de mi parte. Si tú eres parte de él, ¡enhorabuena!; vas por buen camino.
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