La excusa de la cobardía. Pero que el nombre no te de miedo, no estoy criticando a nadie (sobre todo porque yo las digo demasiado a menudo y no me considero una cobarde para nada). El hecho de que las formulemos alguna vez no quiere decir que seamos cobardes, simplemente son reflejo de nuestra incertidumbre hacia algo nuevo y desconocido. Y a veces están tan ancladas en nuestro pensamiento que sacarlas requiere mucho esfuerzo. La excusa: “Es muy difícil y además es imposible”. Los proyectos nuevos, por pequeños que sean, son ambiciosos y requieren muchas tareas y mucho esfuerzo. A veces parecen imposibles desde la distancia y muchos días de bajón no paras de repetir “Es imposible, nunca lo conseguiré”. Cuando estás al pie de una montaña mirar hacia arriba da vértigo inverso. Parece mentira que vayas a poder llegar a la cima. Pero si vas despacito, haces las paradas necesarias, comes bien por el camino y tienes alguien que te guíe es muy posible que llegues. O quizás tengas que entrenar unos meses antes, quizás tengas que ponerte en forma primero si hace mucho que no haces deporte. El caso es: “Nada es imposible, sobre todo si ya se ha conseguido antes”. Cuando algo se te haga muy pesado simplemente prueba desmenuzarlo en pequeños pasos y hacer uno cada vez. Así irás avanzando sin darte cuenta. No mires demasiado arriba, no mires demasiado abajo. Al frente y a trabajar. No es imposible, es una cuestión de realizar una pequeña tarea cada vez, de ir subiendo a medida que compruebas cómo te va yendo, de probar una cosa, y luego otra, y dejar atrás rápido lo que no sale bien (que ha tenido mil disgustos por el camino, soy testigo, nadie te quita los disgustos pero el caso es superarlos). ¿El resumen? Una cosa cada vez, de a poquitos, y empezar a subir es cuestión de actitud, confianza y perseverancia. Cosas que puedes probar. Como siempre, las listas son nuestras amigas, y aunque yo no soy gran fan porque en general pienso que pierdes más tiempo haciendo listas que haciendo lo que pones en la listas y al final hacer listas se sigue convirtiendo en tiempo de procrastinación, en este caso pienso que el ejercicio funciona. Si no, no lo diría (obvio). Pongamos que tienes un proyecto, o una idea de proyecto. Imagínate cómo quieres estar en un par de años. Qué esperas haber conseguido, cómo quieres que esté funcionando, qué tareas haces tú y qué cosas hacen los demás por ti, en fin: todo lo que te parezca relevante. Estás imaginándote el futuro cercano que deseas para ti. Escríbelo, aunque sea esquemáticamente y con guioncitos. Ahora piensa en cómo tendrían que estar las cosas el año que viene para poder llegar a lo que quieres conseguir en 2. Y lo mismo, pero en 6 meses. ¿Qué tendría que estar pasando dentro de 6 meses para que en 1 año estés en el punto anterior? Y ahora piensa qué tendrías que estar haciendo dentro de 3 meses. Y por último piensa qué tendrías que estar haciendo ahora para lograr tu meta en tres meses. Esta es la lista a la que tienes que aferrarte ahora, todo lo demás es superfluo. Sí, es largo y difícil y da como miedo, pero es la única manera de empezar a tomar acción inmediata para conseguir resultados a largo plazo. Poco a poco. Seguramente las cosas no pasarán tal y como te las has imaginado, pero habrás dado un gran paso, desmenuzando tus objetivos grandes hasta convertirlos en migajas pequeñas que puedes empezar a comerte HOY. Ya sabes lo que dicen (bueno, lo que digo yo): “Es bastante difícil llegar a la meta a tiempo si antes no sabes en el mapa dónde estás parada.” Cuando escribo yo me hago las mismas preguntas… Ahora es tu turno ¿Aún piensas que es imposible? ¿Has probado el ejercicio? ¿Sabes marcarte objetivos a largo plazo para conocer los objetivos a corto plazo? Abrazos.
Comentarios