El palo Selfie

Señoras y señores ese fue el regalo estrella de estas navidades, el palo Selfie, ese accesorio para colocar tu cámara o smartphone y hacerte una foto ya sea solo, en pareja o en grupo. Las últimas semanas fueron una invasión de este tipo de imágenes en las redes; donde se ve el éxito del accesorio y la necesidad de práctica para mejorar las técnicas. Pero ojo que Lenovo ya se ha puesto las pilas y ha preparado un trípode para hacerle la competencia. Lo que me llamó la atención del invento y las noticias fue que inmediatamente me puse a pensar en lo que esto significa; la no necesidad de viajar con alguien, de preguntarle a alguien que te haga una foto y el hecho de que cada vez llenamos más la red con imágenes de lo que comemos, compramos, vemos, pensamos… todo en una tendencia hacia el individualismo. Esa es la gran paradoja de nuestros días; estamos siempre on-line, siempre visibles para quien nos busca a través de una pantalla, localizables y a la vez somos tan invisibles para el que se sube al metro a nuestro lado, para el vecino, para el que trabaja en la mesa de enfrente o al otro lado del pasillo. El palo selfie en realidad es un palo a la humanidad, a la decadencia de las conversaciones casuales en bares, monumentos y otros lugares de paso. Es el final de esas historias de “cómo conocí a vuestra madre/padre“ mientras visitaba París y un tipo nos hizo una foto, intercambiamos números para ir a tomar algo más tarde… y lo que surja. Lo bueno del palo selfie es que aparte de hacerme reflexionar sobre todo esto me sirvió para pensar en propósitos para 2015 y decidí que el primero sería #NoMoreSelfies.   Imagen cortesía de iStock