Si bien es el nombre de un pequeño curso que se impartió hace algunos años en el Miami Ad School Buenos Aires, dictado por el gran Fernando Vega Olmos al cual tuve la suerte de asistir, encaja perfectamente para lo que siento hoy. Subí ansioso al avión, quería conocer la ciudad pero sobre todo escuchar a un referente de la creatividad latinoamericana, empaqué una libreta nueva para escribir todo lo que pudiera retener del curso. Había tantas cosas en mi cabeza sobre ese proceso de conversión, de ser un creativo que lanza ideas, participa pero todavía no despojado de la dirección de arte a dirigir creativamente, todas esas dudas y cuestiones seguro que quedarían claras después del curso. Esperando en el hall del Miami conocimos a unos creativos colombianos y poco a poco pudimos reconocer a directores creativos locales e internacionales de grandes agencias, claro, Olmos causa ese acercamiento. Éramos alrededor de 15 a 20 personas en un espacio cercano, una pequeña tarima no muy elevada con un sillón para el expositor y alrededor en una de esas sillas en primera fila me encontraba yo con la libreta abierta. No hace falta recordar la presentación de Fernando Vega Olmos pues creo que muchos la saben, si bien en todos los días que duró la experiencia no se tocó el tema del curso directamente, eso no tuvo importancia, era una especie de convivencia, una charla y reflexión. Atento a las preguntas y sin mirar el reloj, aun cuando acabase el tiempo, Olmos invitaba a las siguientes preguntas. Mis expectativas sobre lo que iba a aprender se quedaron chicas al saber lo que estaba conociendo, esas anécdotas que enriquecen y motivan más que una clase magistral. De cierta forma al final entendí ese análisis profundo sobre la publicidad y creatividad, la responsabilidad que conlleva estar dentro de un negocio que mantiene hogares y proporciona oportunidades, de separar el ego, hacer un buen trabajo y diferenciar las oportunidades para desarrollar un trabajo creativo pero orientado a la efectividad de mantener las ventas o elevarlas, lo que se traduce a mantener empleos o incrementarlos. No sé si muchos entienden la realidad del día a día, de ese enorme compromiso que ese día nos enseñó Fernando Vega Olmos. Hoy recordé todo aquello y tengo mucho que pensar aprovechando mi viaje de más de 10 horas que me llevará a otra latitud para emprender un nuevo rumbo en mi carrera, estoy consciente, ansioso pero sobre todo emocionado porque a pesar de tantos obstáculos de este trabajo, cada vez me gusta más. Imagen cortesía de iStock
Comentarios