Existe un experimento clásico ¨De las Donas». Es un experimento, una investigación hecha con niños que metes en una sala, les das una dona y les dices que si esperan 15 minutos sin comérsela les darás otra, así que tendrán dos en lugar de una. Te vas, y el resultado siempre es que el 30% de los niños espera y el otro 70% prefiere comérsela, aunque sólo tengan una en vez de dos. La investigación ha demostrado que, 15 años después, los niños que esperaron con paciencia a su segunda dona han tenido una vida bastante más exitosa en términos de trabajo, relaciones y demás, y se consideraban a sí mismos más felices que los que no esperaron. Es decir, que si eres capaz de posponer la gratificación, y esperar pacientemente a que algo bueno llegue en lugar de buscar la satisfacción inmediata se supone que las cosas te irán mejor en la vida. Así que si eres una persona orientada al futuro te irá mejor en la vida. Yo no lo tengo tan claro, pero he tratado de analizarlo un poco más. Cuando estás orientad@ al futuro, eres una persona a la que le gusta hacer planes, que tiene ambiciones, que siempre trabaja mirando a una futura recompensa (que puede o no llegar), que es organizada y disciplinada y no le importa hacer sacrificios en pos de lo que desea. También serás probablemente una persona a la que le guste comer sano, hacer ejercicio y cuidarse en general, ya que tienes el punto de mira en la vejez, en no tener problemas de salud, en vivir bien y cómodamente. Intentas tenerlo todo cubierto y que nada se te escape. Eres un poco un@ control-freak. Quizás también seas de l@s que cuando hace una cosa tienes la cabeza puesta en la siguiente, tienes prisa por lograr lo que quieres y el tiempo se te pasa lento porque ya te gustaría estar ahí, en el otro lado, en el futuro brillante que te imaginas en tu cabeza. Y puede que a la vez no seas capaz de apreciar las cosas preciosas del día a día, que no seas capaz de disfrutar de los momentos, de la tranquilidad, de lo que ya tienes. Puede que siempre tengas la respiración acelerada y más ansiedad de la que tocaría. Puede que te estés perdiendo la vida mientras buscas tu vida futura. Puede que te hayas vuelto un poco insensible, no en el sentido de que seas mal@ y cruel, sino que vas por objetivos que algunas cosas ni te tocan, te las saltas, te has hecho tu armadura de cristal. Y digo de cristal porque es en realidad muy frágil, y cuando algo la quiebra te derrumbas y te hundes y te sientes muy perdid@, como si te faltara un propósito. Cuando estás orientada al presente, eres de l@s que busca placer y alegría en todo lo que haces, en tu trabajo, en tus relaciones, en tus actividades diarias. Cuando haces algo estás en ese algo, no a mil kilómetros de distancia. Si te dan un masaje no te pones a pensar en otra cosa, si te habla una amiga no te empiezas a preguntar si habrás mandado ese mail o no. No te preocupa demasiado la idea de “perder el tiempo”, en todo caso lo estás viviendo en lugar de perderlo. Eres anti-rutina, te aburres rápido de hacer siempre lo mismo y buscas siempre la gratificación instantánea, adoras pasarlo bien y te gusta que todo el mundo lo pase bien contigo. A la vez, puede que sientas que tu vida no tiene mucha dirección, porque te cuesta establecer metas y objetivos, porque te cuesta trabajar para lograrlos, no sabes por dónde empezar a organizarte y te falta disciplina. Un poco lo de “vive rápido y muere joven”. Puede que te cueste pasar un día entero encerrad@ en casa o sin hablar con nadie. Puede que incluso no tengas muy claro lo que significa hablar contigo mism@ y escucharte. A mí me parece que lo bonito de esta reflexión es que no se trata de ser de un lado o del otro, ya que como en todo, la gracia del asunto es llegar a un punto de equilibrio en el que seamos capaces de organizarnos y trabajar por lo que queremos y a la vez ser capaces de disfrutar del momento mientras lo hacemos. La gracia es lograr estar presente siempre, en todo lo que hagas, y tener el control y la organización en su sitio, bien puesto y preparado, para que esas actividades diarias tengan un propósito y un valor y mientras las hagas no tengas que estar pensando en lo que harás luego o mañana o dentro de un año o en todo lo que no has hecho y deberías estar haciendo. Yo, personalmente, me esfuerzo cada día por estar más en el presente. Tengo que recordarme muchas veces que debo dejarme llevar más y que si decido hacer algo tengo que hacerlo con los cinco sentidos, no estar sólo de cuerpo presente y con la cabeza en Japón. Tengo que recordarme que puede que la vida se acabe pronto, que quizás podría dejar de mirar tan a largo plazo y hacer las cosas que quiero hacer en el momento en que las quiero hacer y que tanta disciplina conmigo misma puede que me reprima en vez de desarrollarme. Puede que tú estés ahí también, o en el lado opuesto. O puede que cuando te sientes mal gires velozmente hacia uno de los lados y cuando te sientes bien estés en el otro, como un péndulo que va de un lado a otro sin control. ¿Eres de las enfocad@s en el presente, en el vivir ahora, o de las que están con los planes de futuro, las posibilidades y lo que vendrá? ¿Qué cosas haces para equilibrar esta balanza? ¿Cómo logras tener estrategia y sentido y a la vez disfrutar del minuto a minuto? Me gustaría saberlo… AUTOR Berenice Torres Diseñador Gráfico que la vida ha llevado hacia la investigación y entendimiento del mercado y consumidor, actualmente cursa una maestría en Alta dirección en Publicidad y Comunicación. Colabora en diversos proyectos de emprendimiento a la medida, dispuesta a seguir aprendiendo y compartir lo aprendido para ayudar a dar valor visual y de comunicación, entre su desarrollo ha trabajado en varias empresas y agencias de Branding y publicidad como Ogilvy & Mather, Becton Dickinson de México y American Express. Imagen cortesía de iStock
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