Vivimos en tiempos difíciles, donde las malas noticias están a la vuelta de la esquina y el pesimismo se ha impregnado en nuestros días sin dar señales de querer salirse de ellos. Vivimos en tiempos donde no nos vemos a la cara y nos comunicamos más por dispositivos que por miradas. Hoy nos podemos conectar tan fácilmente con personas que viven al otro lado del mundo, pero por el precio de desconectarnos de los que tenemos a nuestro lado. Sí, vaya que vivimos en tiempos difíciles. Crecemos oyendo el significado de la navidad, las tiendas se abarrotan de mercancía de esta época, las luces se cuelgan en la ciudad y cierto optimismo se respira en el lugar donde vivimos. A pesar de eso, no todos vemos con ojos de amor estas fechas. La época navideña puede llegar ser criticada, dura e incluso odiada por muchos, pero algo que no me pueden negar, es que porque más que queramos, no pasa desapercibida. Para mí, la navidad se ha convertido en esas fechas en que en vez de odiar o culpar por propiciar el consumismo, deberíamos de empezar a darle el significado que nosotros creamos que sea el conveniente; usarla como un pretexto para acercarnos a las personas que queremos (o incluso a nosotros mismos), para recordarnos las cosas que realmente valen la pena y verla como una oportunidad para valorar lo que tenemos. Finalmente, el significado de estas fechas como navidad, año nuevo o incluso nuestros cumpleaños, no son los regalos ni el dinero que llegamos a gastar, sino que tiene un trasfondo mucho más profundo y es que siempre buscamos un buen pretexto para reunirnos. Y sí, navidad generalmente implica peleas, desacuerdos entre los familiares, no saber qué ponerse o incluso tener que lidiar con algunas personas que no toleramos. Pero justo cuando juramos que no queremos más recalentado, cuando estamos desvelados, cansados y sin ganas de saber nada más acerca de esta época, pasan los meses y anhelamos de nuevo que lleguen las vacaciones para poder vivirlo todo de nuevo. Navidad no es una familia sonriendo y abrazándose, vestidos de gala al lado de una chimenea lujosa. Navidad no es lo que te dice la publicidad ni las marcas. En realidad, es un día de momentos incómodos, frustraciones por no poder prender la chimenea vieja, regalos que no te gustan y guisos no tan agradables. Porque amigos, la navidad la hacemos nosotros y nosotros decidimos qué significado darle, por eso amamos tanto esta fecha, porque a pesar de todos los errores y disgustos que nos hace pasar, hay algo dentro de nosotros que nos hace sentir bien y disfrutarla tanto. Así que sí, vivimos en tiempos difíciles y por esa misma razón, es que debemos apreciar estos pequeños instantes que nos da la vida para recordar que no todo está perdido y que todo está en la actitud y el ángulo desde donde vemos las cosas. Hoy es un buen día para pasar más tiempo platicando con los que están en la mesa, que tomándole fotos al pavo; para romper una piñata, en vez de quejarnos de que la situación está muy difícil. Es un excelente día para recordar, que son más las cosas buenas que las malas y que todo va a estar mejor, porque ese es el curso de la vida. Sí, hoy tenemos un buen pretexto para cambiar las cosas, pero todo depende de ti y de las ganas que le pongas. Te deseo unas muy felices fiestas y suerte con el recalentado que durará tres días. Imagen cortesía de iStock
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