Quién ha desistido de un proyecto grupal, de formar un gremio, crear una comitiva; a mi me sucedió muchas veces, con el argumento clásico – más vale sola que mal acompañada– dije adiós a varias invitaciones de colectivos o renuncié sobre la marcha. Tengo que reconocer que soy una desesperada, no me considero Millenial, definitivamente no, mi edad me deja fuera de la categoría, pero tampoco 100% Generación X; soy práctica, pragmática y suelo no perder visión del impacto final. Hace unos meses me di a la tarea de convocar a seis líderes creativos de seis Agencias de Publicidad; te sonaría familiar si te digo que fue complicadísimo, que trabajamos mucho, que no dormimos del estrés; pero No fue así; sí hubo trabajo y esfuerzo de todos los involucrados, pero todo fluyó conforme a un objetivo. Desmenuzando cuatro meses, para empezar se requiere tener un plan, un motivo claro, con un propósito definido aceptado por todos. Asignar tareas específicas a personas específicas con un calendario. Ser obsesivo con las fechas pero poco sensible con los incumplidos, traducir esa sensibilidad en audacia para reemplazarlos. Ver el todo y las partes, como dicen los gringos ‘the big picture’, siempre he dicho que la genialidad está en los detalles, pero cuando hay equipos, el factor flexibilidad reduce el estrés. Si eres tú el líder, tendrás tareas adicionales: comunicar consistencia y compromiso, dar seguimiento, así como hacer un buen cierre entregando resultados. En otra entrega reflexionaré sobre los momentos: cuándo dejar la perfección a un lado, cómo calmar la ansiedad de las entregas, cuándo se acepta un cambio de planes, cuándo es necesario defender una postura, cuándo simplemente – como decimos en el norte – es mejor ‘tirar a león’. Para cerrar, vuelvo al planteamiento inicial, no dejemos que los infinitos malos ejemplos de nuestra cultura afecten la percepción sobre los objetivos grupales, un equipo puede lograr mayor impacto, si lo que hay de por medio es organización. AUTOR Ana del Aire Fantasiosa, ambiciosa y loca. Dice que estudió para Publicista pero el diseño es su cama King Size, a veces se complica con los detalles para caer en un amalgama de significados medio coherentes que aplican como solución. Le encanta debatir, también leer, correr y escuchar a Depeche; pero sobre todo, sus gatos que viven en su casa y también en Levadura, la agencia que según ella es su Neverland. Imagen cortesía de iStock
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