Ser publicista no basta con colocarlo en tu tarjeta de presentación, existen buenos publicistas y malos publicistas. Ser bueno o malo, por darle un juicio de valor, no depende solamente de una cosa. El reconocimiento, los premios, los resultados y demás factores influyen para determinar esto. Estas líneas están dirigidas a los aún estudiantes, quienes pretenden ser excelentes publicistas, pero con la guía incorrecta. Este camino puede llevarlos a resultados poco favorables.
- No eres creativo sino te vistes creativo. La industria publicitaria proporciona muchas libertades a sus integrantes. Se ha creado un común denominador en la forma de vestir o actuar de los publicitarios. No importa tu forma de pensar, no importa lo que te guste, si ellos se visten así, tú también hazlo.
- Basa tus ideas en ideas funcionales. A lo largo de los años, muchas agencias han creado conceptos increíbles que después de mucho tiempo y a pesar de los cambios que la sociedad ha sufrido, siguen vigentes. Si estas ideas funcionaron y siguen funcionando, cópialas. Y así no tendrás que pensar ni esforzarte.
- No leas. Los libros ¿Qué? Son viejos y si ya tienen película pues mejor aún. Los libros no ayudan en nada. La información que contienen no puede ayudarte con las ideas. No pueden inspirarte y mucho menos encontrarás conceptos creativos en ellos.
- No hables con la gente. El publicista aquí eres tú. Ellos no saben nada sobre estrategias de marketing, comercialización y seguramente ni siquiera conocen la palabra insight.
Ya conoces estos secretos, ahora, ¿Qué estás esperando? Sal y vuélvete un mal publicista. Imagen cortesía de iStock
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