Yo no soy creativo. Soy un explorador de las ruinas de la Internet, en las cuales encuentro pixeles que dan forma a la imaginación. Soy un hoarder de esos pixeles en forma de imágenes, ideas, ilustraciones y diseños que navegan por la red. Se que llegará un momento en que los necesite, y estoy seguro que jamás encontraré la carpeta, o computadora donde las guardé, sin embargo, el recuerdo de esos pixeles prevalecerá, esa huella indeleble que dejó en mi memoria me hará recordar: “Claro, era una campaña en Rumania en la que usaron a un hombre lagarto, una bola de cristal y un oso polar para publicitar una marca de cerveza”; y aunque lo que quiera vender son paraguas, creo que el oso polar podría funcionar. Yo no soy creativo. Soy un crítico de la vida, cínico, irónico, ácido. Si algo que me gusta y admiro se vuelve popular, deja de interesarme. Me fascina encontrar esas películas que nadie conoce, esas extrañas piezas en donde el guión es único, con un meta mensaje y un insight dentro del insight. “Por supuesto que reconozco esa referencia de Kie?lowski, aunque éste en realidad se basó en una escena de Pasolini, quien a su vez tomó la idea de un ensayo de Schopenhauer”. Ese mismo cinismo me da la libertad de disfrutar de igual forma una comedia absurda, así como la cinta más intensa y seria de la historia. Algo bueno debía tener ser así. Soy un animal de hábitos que rompe con ellos cada día, me gusta viajar, caminar ciudades y visitar museos. Yo no soy creativo. Sólo me gusta ilustrar, es catarsis, encuentro paz en ello. Me gusta leer cómics y jugar videojuegos, es un espacio en el cual me reencuentro con mi niñez, niñez a la que nunca he renunciado (ni renunciaré). Me encanta leer, disfruto convertirme en alguien más, ser el héroe, el villano. Me gustan las historias que me hagan viajar en el tiempo, que hagan volar mi imaginación a fronteras desconocidas, me gusta la fantasía, ya que más allá de que me lleve a mundos de magos y dragones, me enseña que estos pueden ser vencidos. Amo la ciencia ficción, no por que me lleve a galaxias lejanas y planetas con vida extraterrestre, sino por que me dice que en nosotros existe coraje, amor, pérdida, que hay vida y hay muerte fuera de este pequeño planeta azul, me habla de ser humano, de ser más que humano, y me hace formularme preguntas cuyas respuestas no viviré para ver respondidas. Yo no soy creativo. Soy un ser humano que sueña despierto, que no puede pasar un día sin hojear un libro, sin hacer un garabato en su cuaderno de apuntes, que no puede estar desconectado de la Internet, y que siempre está esperando la siguiente película de superhéroes. Soy una persona que ve llegar la quincena con ansiedad, ya que para mí, dinero significa: cómics, libros, cine con los amigos, un gadget y un videojuego nuevo. Yo no soy creativo. Soy un niño que se rehusó a ser adulto, se rehusó a ser “normal”. Imagen cortesía de iStock
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