La finalidad primordial de un empaque es la de mantener en conservación al producto que contiene en el caso de alimentos, o protegerlo de cualquier avería en el caso de objetos tecnológicos, por dar un ejemplo. Además, debe resultar funcional para su transportación. Otra de sus funciones puede ser la de informar sobre el uso adecuado de su producto, además de ofrecer datos sobre él. En ultimas fechas el packaging a fingido también como atractivo visual a la hora de la compra, es decir, muchos productos se venden gracias a su empaque. Aunado a esto, el diseño en estos envases o contenedores es esencial para la imagen del producto y su marca, por ello los esfuerzos en mejorarlo funcional y estéticamente deben ser grandes, ya que será un diferenciador importante antes su competencia. No se debe olvidar tomar en cuenta otras cuestiones, como el costo de su producción, el riesgo de los materiales para la salud humana o la contaminación que podría generar al medio ambiente. A pesar de todos estos puntos muchas empresas pasan por alto más de uno, haciendo empaques de mal gusto, poco funcionales y en el peor de los casos, innecesarios. Un mal diseño El diseño del empaque puede ser una herramienta más para mejorar la imagen de nuestra marca. Pero en los siguientes casos eso parece estar mal enfocado o ni siquiera ser tomado en cuenta. En el caso de Sony no caería mal un poco de imágenes y colores. Por su parte Kool-aid no se preocupa por dar la mejor apariencia a su bebida. Tanto empaque Sabritas no es la única marca que nos ofrece más empaque que producto, existen más. Nos tomó años para pasar de un diskette a una usb, pero eso no importa. Para Kingston su empaque es más grande que la capacidad de sus memorias. Lo mismo pasa con Ipod y su nada “nano” empaque. ¡Que lo abra! ¿Han recibido un obsequio envuelto una y otra vez? Pues es lo que pasa con este par de ejemplos. La diversión parece consistir en abrir cada uno de sus empaques. Qué ironía Los empaques de tijeras resultan de lo más cómicos, ya que sus envolturas son tan resistentes que es necesario un utensilio para obtener nuestro objeto deseado. ¿En verdad? Los peores empaques sin lugar a dudas son los innecesarios, aquellos que únicamente aumentan el coste final y contaminan el planeta. Plátanos, lechugas, frutas, vegetales y hasta ¡flores! son las víctimas. Es vital no perder de vista la función principal de un empaque, en caso de que éste sea necesario tener los elementos propicios para convertirlo, además, en un herramienta de comunicación.
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