En su anuario estadístico del 2013, el IMCINE anota que en promedio el mexicano acude 2. 1 veces al año al cine. Este espacio sigue siendo uno de los principales distractores de los ciudadanos que generan 11, 860 millones de pesos anuales en taquilla. Pero, para las cadenas que exhiben el séptimo arte, la taquilla no es la única entrada que obtienen. Sus ingresos se verían afectados si solo dependieran de ello, ya que un porcentaje de nuestro boleto va destinado a la distribuidora y a los realizadores. Los cines obtienen un mayor número de ingresos monetarios gracias a la publicidad y a los alimentos que ofrecen sus dulcerías. Muchas veces pagamos más por palomitas, refrescos, dulces, chocolates y otros aperitivos que por la misma entrada. Y es que dentro de los complejos, como todos sabemos, no está permitido el acceso con alimentos, lo que implica comprar lo que nos ofrecen en el interior. EL truco es que nos presentan de forma atractiva los tamaños más grandes. La diferencia de precio entre palomitas chicas y medianas no supera los 5 pesos, ni su diferencia con respecto al tamaño grande, lo que nos hace adquirir estás últimas pensando que ahorramos de alguna manera. Lo mismo sucede con el refresco. La costumbre de consumir alimentos, principalmente palomitas de maíz, dentro del cine proviene de Estados Unidos, de la Época de la Gran Depresión, en 1929, cuando Julia Braden pidió permiso al Linwood Theater de vender en el interior, según señala Andrew F. Smith en su libro “Popped Culture: A Social History of Popcorn in America” (1999). Desde entonces el costo de los alimentos ha aumentado, tanto que inclusive se han realizado estudios económicos acerca de este fenómeno. Richard B. McKenzie nos habla, en su libro “Why popcorn costs so much at the movies and other pricing puzles” (2008), de que el aumento de precio es el resultado de una compensación ante la repartición de la taquilla. Ante el creciente mercado de películas en línea es claro que los complejos cinematográficos encuentran grandes ganancias en el negocio de las palomitas y otros alimentos. También es claro que quien acude al cine los consume por lo regular, por lo que cada vez es más frecuente encontrar vasos y empaques conmemorativos de películas. A continuación les mostramos un video en donde se explica el motivo por el cual comemos palomitas y su relación con la publicidad.
Comentarios