Es normal que las marcas actualicen su imagen acorde a las tendencias que van permeando: que si más pequeño el logotipo, que si redefinen el color o hacen un diseño más minimalista. Todo depende del renombre de la marca o producto y de los objetivos de negocio, porque claro está, un cambio asíno se hace por que sí, ¿o no? Starbucks es un excelente ejemplo de evolución de branding. El actual estilo sencillo de la clásica sirena y el tono verde que caracteriza a esta cafetería hablan por sísolos, es un ícono de la cultura pop cosmopolita a la que no se tiene que agregar nada para saber quévenden. En México, pareciera que las cosas funcionan al revés. Marcas icónicas, productos consumidos por más de una generación reciben cambios para “modernizarse”pero pareciera que es una decisión de dedazo y sin una estrategia detrás que lo sustente. Todo esto viene por los recientes cambios en la imagen de Melvin de Kellogg’sy la Tía Rosa, que tanto están dando de quéhablar en redes sociales. Yahoo! quiso hacer ruido invitando a conocer 30 logos durante un mes, pero eso es completamente diferente a querer llamar la atención con una imagen que no atrae a ciertos sectores de la población. Estábien, adelgazar al elefante de Choco Krispis es razonable por todas las políticas sobre nutrición, ¿pero acaso es el mejor diseño de todos los que habrán presentado? ¿Un cambio radical terminarácon la imagen negativa que hay sobre el producto? Algo similar ya nos había tocado vivir con Pancho Pantera y Gansito de Marinela, que se reinventaron para agradar a los niños pero sin perder el toque de nostalgia de nuestra generación, que en lo personal, es todo lo que no tiene el nuevo Melvin, creo que nos dejaron de lado porque saben que ya somos consumidores asiduos. Mientras tanto Tía Rosa, que en 2006 tuvo su último cambio de imagen por uno más sencillo, quitando de sus empaques la silueta de la señora Rosa, en 2014 regresa en forma de Meryl Streep (según tuiteros), dándole vida de nuevo al personaje de la marca. Si los estudios de mercado pedían de nuevo una cara, ¿habrásido la cara correcta para llegar a las amas de casa del siglo XXI? Sólo el tiempo tendrála respuesta. Aunque el logotipo, los colores o el personaje sean sólo una parte, sí podrían considerarse su ADN, lo que le da identidad y valor a la marca, por tal motivo, exhorto a agencias de branding y diseñadores a tratar con máximo cuidado estos símbolos, para avanzar en lugar de retroceder, más ahora, en tiempos del bullying social. Autor Mauricio Madrigal Más publicista que comunicólogo. En una relación con la estrategia y el marketing digital, mi amante es el italiano, pero tengo deslices con Pokémon, Back to the Future y The Beatles. Otra veces, sólo estoy en grados bajo cero.
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