¿Qué hace grande a una marca?, ¿qué factores son desencadenantes para alcanzar marcas de éxito?, ¿cómo hacer que un producto sea deseado, buscado e incluso amado?. Casi de manera inconveniente, me vienen a la mente muchas suposiciones, sin embargo, habremos de ser muy sinceros y aceptar que nadie tiene la última palabra ni mucho menos la fórmula secreta. Gran error sería pretender conocer la verdad absoluta de cualquier tema, y luego menos en áreas de marca y producto. Ahora bien, el cómo crear mayor valor a las marcas, encuentra amplias posibilidades y magnificas soluciones. Desde accesibilidad de plaza, precios competitivos y pobre competencia, hasta llegar al desarrollo de estrategias como la antropologización de marca y su sensorialidad, punto que forma viene a fortalecer las percepciones de una marca en el mercado: nuestro cerebro percibe a las marcas y productos como si fueran parte de nuestra manada, nos familiarizamos con ellas, las entendemos, creamos expectativas y las integramos a nuestra vida. Invariablemente existen asociaciones con relación a las marcas y productos que consumimos, pensemos por ejemplo en DKNY, una marca que logra generar evocaciones de imaginería relacionada con la vida en la ciudad contemporánea, moderna, elegante, chic, un lifestyle aspiracional, pero también con ese poder tan característico para transmitir sensaciones de ligereza, smarthinking, ensoñación, transparencia, e incluso un toque de alejamiento casi espiritual, con el cual enlazar al consumidor, y ello encuentra su complemento físico en el lenguaje de lo no verbal, de las marcas que hablan a través de las texturas, de los aromas, de la luz, del entorno, de las formas. Los conceptos de marca deben encontrar su complemento con su encarnación. Esto se trata de hacer sentir la marca, no solo que sea presente, no que exista, no que ocupe un lugar en el anaquel, o en el punto de venta, esto se trata de hacerla vibrar, y con ello, que los consumidores vibren también, ya sea al generar estímulos sensoriales; ya sea sumando un odotipo a nuestra marca, buscando la mejor háptica de producto, o sumando elementos de marketing como la semántica de marca, la coherencia de estímulos y su esencia. Esto es sentir la marca, vivirla, permear lo que esta es y puede llegar a ser, cautivando los sentidos del consumidor y su mente, encontrar caminos que involucren arquetipos de marca, metáforas de imaginería a modo de sinestesia para generar mayor y mejor recordación de experiencia y con ello un mejor impacto de nuestra marca o producto, dejando sentir a los mismos.
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