La frase de Morgan Spurlock después de someterse a esta ¨dieta¨, nos recuerda el poder de libre albedrio que tenemos todos los seres humanos para reconocer lo bueno de lo malo, y tomar la decisión que consideremos más conveniente para ¨nosotros¨. Como dijo un entrevistado en el documental ¨yo cuando paso al pie de uno digo no tengo hambre no lo necesito. Todos podrán hacer lo mismo¨. Esta determinación dicen muchos que depende de la fuerza de voluntad de las personas y la publicidad la doblega con facilidad a las personas más débiles (mentalmente); y con el bum de las neurociencias aplicadas al mercado (neuromarketing) todos estamos perdidos. Como estudiante de mercadeo y publicidad y un amante de la ciencia, me fascina el neuromarketing. Se y entiendo que el 90% de las decisiones que tomamos en nuestra vida no son consientes, pero ese conocimiento no ha hecho que los científicos decaigan en la melancolía de ¨nada de lo que hago tiene importancia¨ ¨todo está perdido y destinado¨. Desde los 70 los físicos han proclamado que el mundo no existe, que nada de lo que tocamos es real todo es completamente abstracto. Desde los 80 los sicólogos saben en un 100% que todo nuestro mundo es un constructor de nuestra mente y que lo que vemos, oímos, sentimos, oleemos, saboreamos, solo son una forma de interpretar el mundo, la cual varía de persona a persona. ¨nuestra mente crea nuestro mundo¨ y nosotros solo somos un ente que trasmite información del mundo exterior ¨un mundo vano¨, a nuestro mundo interior, el mundo real. Dijo Descartes en 1637, Cogito, ergo sum (pienso luego existo). Para muchos la proclamación de la modernidad, para mí la proclamación del poder de la mente. Una proclamación que no nos dice, estamos atados a algo en concreto, sino que tenemos el poder absoluto sobre todas las cosas del cosmos, (el poder de demandar a una gran corporación, siendo tan solo unos adolecentes) o (el poder de demandar una gran cadena de hamburguesas por no vendernos ¨considerando que estamos obesos¨). La obesidad no es una epidemia, la obesidad es una enfermedad mental. A los 20 días de la dieta Morgan empezó a sufrir síntomas de dependencia, los cuales eran comparados con un experimento ¨de una medicina¨ que se le receta a personas adictas a la cocaína y en el cual con dicha medicina bajaron sus ansias; el mismo experimento se realizo con personas adictas al chocolate con los mismos resultados. Si esta enfermedad no se trata como debe ser, no valdrá esfuerzo alguno en intentar combatirla, por ende las campañas ¨antipublicidad¨, los folletos nutricionales. y la conciencia social no sirven de nada. El verdadero único enemigo en esta lucha corporación de comida VS consumidores, es la mente humana, pero como todo buen estratega las corporaciones han aprendido que si no pueden con su enemigo, la mejor opción es unirte a le. Ésa es una lección que los consumidores y las autoridades sanitarias no han querido aprender, como el título del libro más famoso de Jürgen Klaric (estamos ciegos). En el segundo capítulo de este libro Jürgen tratar este tema desde el punto de vista del neuromarketing, diciéndole a sus lectores: ¨La gente dice que quiere comer sano pero su mente inconsciente va por comida indulgentemente dañina, quieren comer cosas agresivas y nocivas para su salud¨. A las personas nos encanta el riesgo, sentir emoción y adrenalina, nos hace sentir más vivos es por eso que vamos a parques de diversiones, intentamos deportes extremos y básicamente retamos a la muerte; desde la neurociencia llamado efecto tanatos, y con presencia en múltiples ámbitos de la vida diaria. Freud lo llamo ¨más allá del placer¨ un instinto natural por la autodestrucción, pero con la limitante de la vida ¨eros¨, (cuando nos enfrentamos cara a cara a la muerte se nos pasa ésta patología por retarle). Como conclusión del documental considero que Morgan Spurlock está completamente loco. Pero apasionado. Someterse a esta dieta para demostrar los perjuicios que muy seguramente más del 80% conoce de la comida rápida (especialmente la de McDonald’s), nos muestra la constante ¨del efecto tanatos¨ en la vida de las personas. Buscamos llevarnos al límite, especialmente cuando ese límite es la muerte. No somos maquinas programas con un software inviolable, por el contrario somos los programadores de dichos software, y la violabilidad de esta línea se ve en las grandes empresas que aprovechan la capacidad de decisión y de aprender que están en el mundo y que son las que hacen de las personas, personas. Sin embargo, los seres humanos nos hemos autosometidos a pensamientos que buscan subestimarnos, hacernos ver como basura, seres insignificantes. La humanidad llegara a su exterminio por problemas de ¨peso¨, si es así bien merecido nos lo tenemos, pues la obesidad no nos habrá matado, lo que nos habrá matado será nuestra ignorancia, la cual busca tan solo hallar culpables en un juicio donde nosotros hacemos el papel de jueces, testigos, defensa y fiscales VS el resto del mundo. Y eses resto del mundo es el mundo de las empresas, la publicidad y el gobierno porque no. Podemos observar como la publicidad es acusada como la actriz intelectual, pues es la que a nuestro parecer determina estereotipos y estilos de vida que ¨debemos llevar¨.
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