Entre los beneficios del html5, la interactividad y la evolución en los aparatos tecnológicos, surgió lo que parecía ser una innovación en los negocios: las apps. Si bien algunas han tenido un éxito importante y han sido ejemplo de innovación, otras han esperado ese momento que las catapulte al éxito que, posiblemente no llegue. ¿A qué se debe esta enorme diferencia? Pues bien, en principio se debe a una investigación de mercados poco profunda. Si se conoce bien al mercado, se puede crear una aplicación que tenga una gran demanda. Y aún así, aunque se conozca el mercado, hay muchos factores que intervienen en la misma demanda. Aquí algunos de los mitos que despertó esta innovadora práctica. 1. Las apps son difíciles de hacer. Una persona que tenga conocimientos en programación y sistemas puede desarrollarlas sin problemas. El verdadero problema es el tiempo y la inversión que una de ellas requiere. 2. El desarrollo de las apps es muy caro. Depende de quién lo vea y de las funciones que se quieran en la aplicación. Por supuesto que una app para una pequeña empresa supone una fuerte inversión para resultados no asegurados. Es más fácil pero no asegurado, que una gran compañía logre desarrollarla y explotarla por su posicionamiento, que una pequeña. 3. El retorno de la inversión es inmediato. Como se mencionó antes, la demanda de las aplicaciones dependen de sus objetivos, de la difusión que se les dé y del interés que generen. Si no son suficientemente llamativas o útiles, quizás la inversión no se logre recuperar. 4. Una buena aplicación tendrá éxito asegurado. Una aplicación es un producto más, y por ello requiere de las mismas ocupaciones que cualquiera: una investigación de mercados, objetivos, modelo de negocio, evaluaciones económicas, evaluaciones de producto, y acciones de publicidad. Todo ello nos dará una idea de la viabilidad de la aplicación. Imagen cortesía de Fotolia
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