Cuando una moda surge en un grupo social, otras clases sociales, otros grupos tienden a replicar esa moda a su modo. Una vez que se esparce esa idea, por estrambótica o razonable que sea, se explota al punto de cansar a la sociedad. Y más grave es cuando se trata de una fórmula para vender. Apelar a los sentimientos es la herramienta que más han utilizado las marcas en los dos últimos años. Hay campañas que resultan bien planteadas y que dejan al descubierto las emociones de las personas para que reciban el mensaje de la marca. Pero hay otras que usan los sentimientos de manera forzada. Terma, una marca argentina de té ha lanzado un comercial. La primera parte muestra grabaciones reales y muy emotivas de encuentros familiares en un aeropuerto. La segunda parte, muestra lo ‘real’ y natural del té. La intención es muy buena, mostrar las virtudes humanas que se olvidan, el cariño familiar y hasta los recuerdos. También mostrar un producto que tiene ingredientes naturales, realmente naturales es una buena acción, pero quizás la unión de ambas situaciones es un poco dramática. Aún con ello, la marca logra tocarnos el alma, lo que no todas las marcas han podido. ¿Qué opinas?
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