¿Qué es un movimiento social? Es un movimiento espiritual (ético). Cuando miles de personas comparten los mismos valores, hay movimiento social. Suena fácil, pero pocas veces sucede. ¿Por qué? Porque vivimos en un mundo de relativismo. Todos, pensamos, tenemos una verdad individual, y quien no se adapte a ella puede irse a pasear. ¿Cuándo las verdades individuales pierden vigencia? Cuando hay problemas reales o que parecen reales. Una guerra, imaginemos, nos deja sin agua. Ya no podemos abrir «nuestra» llave y beber y dejar que el mundo se vaya al diablo, no, y por tal motivo buscamos ayuda, nos movemos, salimos, pregonamos el valor de la amistad. La necesidad es la madre de la cooperación. Las agencias de publicidad, sabedoras de este fenómeno social, ¿qué hacen? Sacan a la luz una problemática (planteamiento inicial de campaña), y después la ligan al sentido de responsabilidad (usan líderes de opinión ideales para propagar mensajes). Tal vez cierta problemática no nos afecte, pero ignorarla nos hará parecer «irresponsables» («Recicla. Hazlo por tus hijos»; «Usa tu bicicleta, no seas retrógrado de la universidad»). ¿Qué es la responsabilidad? Más que definirla, digamos cómo nace. Nace, señalemos, cuando podemos «hacernos cargo» de una situación (instinto de poder). Si podemos hacer algo, si podemos mostrarle al mundo lo que hemos hecho, entonces actuamos con más gusto («Donador de Sangre»; «Lavado de autos ecologista»). Al ser humano le gusta «compartir», pregonar sus quehaceres. Compartir es partir, fragmentar, delegar, atribuir. Hoy, por ejemplo, mucho buscamos trabajar en equipo y poco individualmente (evadimos responsabilidades fuertes diluyéndolas en un organismo). Y, con todo, seguimos pronunciando nuestras verdades. Las marcas, así, promueven la participación de la gente para que ésta, orgullosa, diga su propia verdad en un entorno problemático compartido. Relatividad y generalidad son los ingredientes para crear un movimiento social. A tal mezcla le llamamos «progresismo» («¡No leyes rígidas, sí propuestas novedosas!», gritan). Cada persona, desde su silla, aporta su visión de las cosas. Las marcas, inteligentes, unen todas las opiniones y extractan de ellas lo general, que luego se hace campaña publicitaria (murales, blogs, testimoniales). Todos, luego, sienten que han participado en una causa, en un movimiento social. Y ser parte de un movimiento es como ser parte de una tribu, de una cultura. Y por último viene la «donación» (ligada, claro, a la compra de algo). Problemática, responsabilidad y donación constituyen la trilogía de todo movimiento social. ¿Por qué donamos dinero o tiempo? Porque así demostramos que podemos «hacernos cargo» (Veblen), esto es, que tenemos tiempo, o sea, que somos exitosos, responsables. El tiempo es dinero, y los que «movilizan» el tiempo son los que movilizan el dinero. Imagen cortesía de Fotolia.
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