Es conocida la idea de que la mejor manera de hacer publicidad es por medio del boca en boca: compartir con nuestros familiares, amigos y colegas las marcas o productos que tanto nos gustan, es algo que hacemos casi diariamente, incluso sin darnos cuenta. Experimentar con nuevas marcas y productos puede ser un riesgo que no todo comprador se toma a la ligera, las posibilidades no siempre están de nuestro lado, acostumbrados a determinados estándares de calidad y desempeño, gastar dinero en algo que no se empate o supere nuestras expectativas simplemente puede no ser una inversión inteligente. Y no es para menos. ¿A quién le gusta tener chascos o sorpresitas? cuando lo que nos encanta es “lucir y demostrar que usamos tal o cual marca”, que “consumimos vinos costosos y productos que solamente de importación se encuentran”, es por ello que el riesgo de cambiar por algo que vaya en detrimento de lo que nuestras expectativas nos dictan, simplemente no puede suceder, “nos hacemos de marcas, productos y experiencias que nos convierten de cierta manera en voceros de esos productos y de esas marcas, por lo que las impresiones van a promocionar o detractar a las mismas. Tornando el asunto del boca en boca un poco más metodológico y certero, basta con un 5% de personas (con cierto estatus quo de expertos) para poder encaminar un tanto de 200 individuos (según Martin Lindstrom) hacia una tendencia o idea, y una semejanza de viralidad, enmarcando un antecedente en el desarrollo de buzz marketing y en otros campos como el marketing multinivel, donde ganar la confianza y credibilidad para esparcir el mensaje de marca se desarrolla a través de la motivación y el trabajo constante de quienes se integran a las filas del multinivel. Podemos recomendar y hacer sugerencias de las marcas y productos que nos gustan justamente por las experiencias gratas que nos han brindado, es una de las mejores formas de esparcir una percepción de marca, (uno de los mejores ejemplos que podemos estudiar se halla en el marketing multinivel sin lugar a dudas) y es por que difícilmente las personas se arriesgarían a quedar mal con alguien que se acerca a pedir consejo. Somos individuos sociales, irónicamente buscamos nuestra individualidad en los conjuntos, buscamos diferenciarnos de los demás sin embargo adoptamos posturas y actitudes que nos identifiquen con algún sector, tribu o esquema, y ahí nos colgamos etiquetas con las que psicológicamente nos sentimos en confort, y claro, invariablemente las buscamos comunicar y permearlas en el mundo, con nuestros semejantes y entorno, y es que: ¿a poco no nos gustaría moldearlo todo a nuestra manera? Autor: Benjamín Madrigal
Twitter: @BENJA112 Imagen cortesía de Fotolia.
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