1-Técnica combinatoria. El purismo, o mejor dicho, el escrúpulo, es el peor enemigo de la creatividad. Atrévete a combinar ingredientes diferentes en tus conceptos. ¿Por qué sólo usar técnicas de redacción publicitaria para redactar anuncios? ¿Por qué no intentas escribir como médico? ¿Por qué no usar ideas del mundo de la zoología para realizar tus campañas? 2- Técnica analógica. Nuestro mundo cotidiano está hecho de ciertos objetos, de ciertas situaciones, de ciertas personas y de cierto lenguaje, es decir, es limitado. Siempre hacemos las mismas analogías, siempre usamos las mismas metáforas, o mejor dicho, siempre trabajamos con las mismas imágenes. Atrévete a observar imágenes nuevas: observa pinturas de escuelas que jamás imaginaste apreciar; escucha sonidos raros; toca cosas que jamás has palpado. 3- Técnica provocativa. Lleva tus ideas al límite de la estupidez o de la genialidad, del peligro o del aburrimiento. ¿Cómo te salvaría esta goma de mascar la vida? ¿Cómo harías de tu collar una pieza mecánica automotriz? ¿Qué pasaría si tu novia te descubriera besando a un búho? Atrévete a pensar lo que está más allá de tu moral. 4- Técnica de ensueño. Piensa como Alicia en el País de las Maravillas; piensa como un mago, como un brujo, como un encantador. ¿Qué ingredientes mágicos harían falta para que el pañal que venderás logre resultados increíbles? ¿Qué hechizos harían que tu novia te amara por sobre todas las cosas? 5- Técnica revisionista. Muchos problemas no son resueltos porque carecemos de información. Queremos resolver un problema financiero y sólo nos atenemos a los libros de finanzas; queremos resolver un problema estético e ignoramos, por miedo, lo que dicen los mecánicos. Revisar informaciones divergentes hacen que nuestro cerebro, forzosamente, diverja. Imagen cortesía de Fotolia.
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