La distancia tiene que acortarse. Entre más cerca se perciba una marca, más empática se vuelve. Si hay empatía, entonces hay una ventaja sobre las demás. Pero los recursos se agotan, las bandejas de los correos electrónicos se saturan y las personas se cansan de tantos mensajes. ¿Una idea un poco más directa de llamar la atención? Hablarle a cada uno. Pero no hablarle de manera anónima y escondida, a través de los mensajes personales, lo más socorrido, aburrido e ignorado. Lo más emocionante por ahora, es que las marcas te llamen por tu nombre y que los demás se den cuenta de que te hablan a ti para que lo puedas presumir. ¿Cómo se logra? Gritando nombres al azar y, si de casualidad te encuentras por ahí y escuchas tu nombre, han tenido suerte. Dos campañas europeas implementaron esta estrategia. Por un lado, Coca Cola en España, que agregó a las latas de sus refrescos los nombres de hombres y mujeres más comunes. Otro ejemplo es una campaña para “Earth Hour 2013” que Ogilvy de Bulgaria realizó. Consiste en utilizar los nombres de las personas con cierta terminación para hacer un llamado “directo” a que cuiden los gastos de luz. Este llamado se aplicó en Facebook y en Foursquare.
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