¿Qué sería de la vida sin color en ella? ¿Se habría podido vivir como hasta la fecha la vivimos? ¿Se hubiesen podido descubrir todas las cosas que se han descubierto? ¿Se entenderían dichas cosas? El color es algo extremadamente trascendente en la vida. Es incapaz de ausentarse siquiera un segundo de ella. Y en el remoto caso que lo hiciera, la vida perdería mucho del sentido que puede presumir tener. Y, por consecuencia, muchas cosas serían inexplicables. Un solo color puede hacer cambiar toda una historia. Su pequeña alteración modifica por completo un contexto. Por ejemplo, un color puede ser aquel que enaltezca una obra de arte y, por el contrario, también puede hacer que ésta sea menospreciada; un color puede ser la diferencia entre considerar un traje elegante o considerarlo uno estrambótico; un color puede ser el que le dé alegría a un hogar o, en su defecto, lo haga sombrío. Para demostrar cuán diferente puede ser un contexto de modificar aunque sea un poco el color, la marca de lápices de colores Staedtler, con ayuda de la agencia chilena Simple, ha sacado estas tres imágenes en las que de manera muy sencilla y clara se demuestra la importancia del color.
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