Una marca puede valerse de diversos medios para hacer que su mercado meta la siga. De entre ellos, uno de los más populares, es la creación de concursos. Dinámicas para hacer presente a la marca en la mente del consumidor, con el fin de lograr ese arraigo buscado gracias a un incentivo. Los incentivos pueden ser diversos: premios simbólicos, reconocimientos impresos, aparatos electrónicos, etc. Con todos ellos se puede cumplir el objetivo buscado, pero terminan por ser simples concursos que a la postre pasan a ser anecdóticos. Entonces, ¿se puede hacer buen marketing colaborativo por medio de concursos? Claro. Pero para ello, existe un gran factor, clave para diferenciar la situación: los mismos premios. Los antes mencionados, cumplen con el objetivo del concurso, lo hacen atractivo, pero no terminan por marcar la diferencia a la hora de la búsqueda de trascendencia. Para ello, se necesita de mejores incentivos. Uno en concreto que, aunque muchas veces viene implicado con el simple hecho de ganar, sólo se magnifica cuando se ve reflejado tangiblemente por la marca en algo que la ataña directamente: la satisfacción. Es decir, “yo -marca- propongo un concurso el cual consiste en que los participantes diseñen/creen/generen algo que verdaderamente me sea útil; el premio mayor será que aquello que el concursante diseñó/creó/generó sea utilizado por mí para que el público lo pueda apreciar.” Tal motivación -y de resultar ganador- posterior satisfacción es el máximo incentivo. Incentivo que solamente ve reflejado en él, una de las grandes tendencias que se han generado a partir del 2.0, el denominado “prosumismo”. Un gran ejemplo de ello, es la actual campaña sacada por Joma en Argentina. En ella se invita al aficionado a diseñar su propio jersey, teniendo con gran incentivo el poder ver reflejado su diseño en el modelo oficial del club para la temporada 2013-2014. ¿Cuántas veces, como aficionados al fútbol, quedamos inconformes con los diseños que sacan nuestros equipos? Pues ahora, al menos los que apoyen a Huracán, Almirante Brown y San Martín de Tucumán tendrán el poder de decidir el diseño. Esta no solo es una gran idea que debería ser seguida por más clubes a nivel mundial, sino que muestra que la combinación entre el marketing colaborativo es una gran manera de generar prosumismo.
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