Como cada fecha especial, es culpa de la publicidad y de la mercadotecnia que se dedique un día a un ser querido, pero no es culpa de mercadólogos y publicistas que las personas compren y regalen para celebrar. Si no fuera por el 10 de mayo en México, o el segundo domingo del mismo mes en varios países latinos, pocas veces recordaríamos las bondades de las madres. Dedicarles un día especial no significa que se impulse el consumo. Con un abrazo o un “gracias” es suficiente para las mamás que nos dieron su juventud, su tiempo, sus horas de dormir o cualquier esfuerzo por formar buenas personas. Y aun cuando su presencia no fue suficiente, nos alientan para no repetir esas situaciones con nuestros hijos. Y para los creativos, las mamás con sus cuentos y sus explicaciones sobre el mundo alimentaron nuestra imaginación y son las responsables de que nuestra mente pueda volar cuando lo necesitemos. Seguramente ella fue el motivo de esa campaña que creamos algún día, recordando la lección que nos dio o las palabras con las que nos alentó. Por eso, la madre es la más grande musa e impulsora de las grandes ideas. Preparemos por lo menos un discurso para el día de las madres o cualquier otro día y ocupemos el branding emocional para hacer presente nuestro cariño. Es lo menos que podemos hacer por ellas.
Comentarios