Mucho hemos escuchado sobre la personalidad de marca y ésta en redes sociales. Se dice que se debe tener coherencia entre la personalidad de la marca y lo que se publica en las plataformas virtuales, pero ¿qué es lo que forma a la personalidad? En las personas, son el conjunto de características que nos definen, como las actitudes, las formas de reaccionar, los sentimientos y la forma en que nos dirigimos a los demás. Una marca comunica y por tanto debe tener bien definidas esas características, es como crear un personaje. Una vez que sabemos si la marca es seria o es escandalosa, debemos imaginar cómo se comportaría con sus amigos, el lenguaje que utilizaría y cómo se vestiría. Todo eso es importante, pues de ello depende la interacción que tenga en redes sociales. Si la imagen es desenfadada, como en el caso de Converse, entonces se deben buscar las temáticas que permitan el diálogo entre las personas de ese target; en un caso más avanzado, se puede experimentar tocar algún tema pero siguiendo los patrones de comportamiento de la marca. Incluso para saber cómo responder ante los ataques de algunos usuarios, la personalidad es muy importante. Si la marca es sobria y tradicionalista, por supuesto que sería condenable contestar con ironías o malas palabras, sin importar que así sea el ataque. Por el contrario, si la marca es más juvenil, contestar y comunicarse con un lenguaje muy propio no es lo más conveniente. Ojo, se puede hacer, pero el objetivo es mimetizarse, es hacerse pasar como uno más. Pensemos en nuestra marca como líder de los individuos que conforman nuestros seguidores en redes sociales. Lo que hagamos será pronto una tendencia y será novedad para ellos, pero para lograrlo debe estar acorde con sus pensamientos y su forma de ver la vida. Si ellos ríen, hagamos reírlos más. Si se quejan, quejémonos también, pero propongamos soluciones. Recordemos que la personalidad fuerte y con una meta es la que atraerá a las demás. Así se genera la imagen y la personalidad en redes sociales. Imagen cortesía de Fotolia.
Comentarios