Suele suceder que los investigadores de mercados o los mismos publicistas se enfoquen a un sector de la población sin pensar de dónde vienen y a dónde van. Para comprender mejor su comportamiento, es preciso saber cómo es que su mente evoluciona y por qué es mejor hablarle de tal manera. Encontramos dos comerciales que recién se publicaron. En el primero, el de los zombis, ¿qué identificas? Acción, producción, una pieza musical muy conocida pero que pocos saben el significado, una situación ficticia que puede considerarse ‘pasada de moda’ y por último un cliché como cierre. Sabemos que este comercial se dirige a un público joven, y por tanto agregan esos ingredientes al anuncio. Por otra parte, está el comercial de la bebida, dirigido a un público de adultos jóvenes que ya superaron la etapa de la ilusión y lo que quieren ahora es acción. El contenido está en el audio, las imágenes son sencillas de lo cotidiano, hay afirmaciones con una voz fuerte y una invitación a la acción. ¿Cuál de los dos anuncios puede convencer más? Cuando un producto se dirige a niños y adolescentes, es muy fácil hacerles llegar el mensaje de aceptación y reconocimiento. Un súper héroe es lo que todos quieren ser y sin más argumentos razonables, las imágenes son la mejor herramienta para los prototipos. Un mercado de edad adulta ya no juega y busca argumentos que, si por lo menos no son sólidos, deben expresar la energía vital y el aprovechamiento de los recursos que la edad aporta. Los niños creen en las ilusiones y en la ficción pura. Crecen, la vida los desilusiona y entonces buscan hechos sin darse cuenta de que en el fondo desean ser los héroes de su vida o de la vida de otros. La diferencia está en cómo lo externan. En realidad ambos tienen sueños, pero la sensibilidad y el tiempo son la gran diferencia. A partir de ello, podemos generar publicidad que tique las fibras sensibles de los adultos y otras que desarrollen la razón del público joven para estabilizar las emociones y la razón en la sociedad. Tú, ¿qué opinas? Imagen cortesía de Fotolia.
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