Los niños son los seres que más creatividad tienen. Ellos tienen una peculiar forma de ver el mudo por su inocencia, y por no conocer las barreras que los adultos adquirimos con el tiempo. Además, la cultura y la educación a veces nos truncan la capacidad creativa, que junto con la edad, de pronto sentimos que se nos agota esa fuente creativa. Decía Rembrandt “La vejez es un estorbo para la creatividad pero no puede aplastar mi espíritu juvenil”; recupera y fortalece ese espíritu con algunas reflexiones para que desates tu mente y puedas volarla como cuando niños. 1. Juega, no trabajes. Decía Oscar Wilde que “el único deber es el deber de divertirse terriblemente”, tal como los pequeños. No pienses en tu trabajo como una obligación, olvida las seriedades por un momento y disfruta. 2. Cree en o imposible. Des-aprehende las dificultades y barreras por un momento y en todas las posibilidades de realizar eso que sueñas, aunque suene muy loco pues “Los locos abren los caminos que más tarde recorren los sabios”, dijera Dossi. 3. Sé curioso. Las tantas preguntas que se hacen los niños les hacen descubrir nuevas cosas. Pregúntate sobre lo más mínimo, investiga y déjate asombrar. Einstein definió la creatividad como la “Inteligencia divirtiéndose”. 4. Simplicidad. A veces el conocer mucho nos vuelve complejos. Trata de desarmarte y ponte retos como ‘encuentra cien usos a un celular’, así encontrarás más caminos para solucionar problemas. 5. Enfócate en el presente. Tener la mente en otro tiempo reduce nuestra capacidad para concentrarnos y analizar. Desarrolla la observación y así podrás conectar y mezclar aprendizajes. Lo más importante es que no pierdas tu autenticidad. Deja a un lado los miedos y prejuicios y disfruta cada momento. Esa es la manera en que tendrás la mente fresca abierta a nuevas posibilidades. Imagen cortesía de Fotolia.
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