El mundo de la publicidad se torna cada vez más en un ambiente multidisciplinar. Ahora el trabajo de publicistas y programadores se combina para dar origen a las “apps” que mantienen atentos a los consumidores para ganar presencia de marca. Pero, ¿qué se debe tener en cuenta para el desarrollo de una buena aplicación? Uniformidad. Lo primero que se tiene que establecer es cómo se puede dar seguimiento a la personalidad de la marca o campaña en medios digitales. La coherencia entre cada parte de la estrategia publicitaria es indispensable. Utilidad. Aplicaciones para dispositivos hay millones, pero que verdaderamente sirvan son pocas. Definir el objetivo de la propia aplicación es primordial para que tenga éxito, es decir, si el objetivo es divertir, que realmente cumpla. Usanza. Un tip para que la utilidad sea verdadera, es descubrir una vieja usanza y convertirla en moderna. Por ejemplo, si se quiere facilitar la antigua tarea de cocinar, hagamos una aplicación en la que se escaneen los ingredientes disponibles y nos arroje una receta. Observemos la vida diaria e intentemos resolver los pequeños problemas. Usabilidad. Una cosa es la utilidad, otra una vieja usanza y muy diferente es la usabilidad. Ésta consiste en hacer lo más sencilla posible la aplicación. Si se torna complejo su uso, por más que cumpla las características anteriores será desechada. Recuerda que el recurso más valioso en estos tiempos es el mismo tiempo y las personas no lo perderán tratando de investigar cómo se usa la app. Untuoso. Si cumple con las cuatro anteriores y una buena imagen, tu app de inmediato se volverá untuosa, es decir, pegajosa, viral. Si comienzas a pensar en esta característica, el proceso será muy difícil y fallido.
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