El siguiente decálogo nos servirá para hacer que nuestras campañas no sean monstruos aislados que sólo gritan o imprecan contra la serenidad de la sociedad. Dicho decálogo puede ser un manual, una metodología o hasta un código ético. Esperamos que sea de su agrado. 1- Siempre piensa en ventas, en cómo hacer que el público reaccione a tu mensaje. Olvida los paradigmas de moda y deja de preferir textos cortos o largos, diseños abstractos o realistas. El tipo de texto o plástica que usarás tendrá que ser el más acorde con la situación. 2- No pienses y luego escribas. Escribe pensando, piensa escribiendo. Los redactores redactan y los pensadores, piensan. Habla como le hablarías a un amigo, no como le hablarías a un diplomático. Casi toda la publicidad parece haber sido redactada por embajadores, no por creativos. 3- Redacta párrafos y de los párrafos saca tus eslóganes, tus llamados a la acción. ¿Ventajas? Los eslóganes son expresiones destinadas a integrarse en los diálogos cotidianos, y al ser extraídos de un párrafo probablemente se anexen con mayor naturalidad en el habla pública. Decimos: «Carolina, me gustas, ¿salimos?»… pero jamás decimos: «Oh, Carolina, ¿cuándo abrirás el zaguán de tu metálico corazón?». 4- Piensa en efectividad y luego en creatividad. Lo anterior no significa que deseches una u otra forma de hacer publicidad. Lo anterior significa que lo bello o creativo siempre debe ser efectivo, aunque no siempre lo efectivo sea bello. 5- Escribe un brief inspirador, o mejor todavía, un artículo extenso que hable sobre lo que vendes. De tal texto saca tus demás textos, ora para revista o cartelera, ora para radio o televisión. Haz tu Biblia de Producto y en ella reza, ora, inspírate. 6- No te creas la estrella del lugar y aléjate de las tertulias y festejos. Trabaja duro, que tu mayor logro no será un trofeo, sino la confianza que te darán los clientes, así como los gordos depósitos bancarios que recibirás no sólo de la agencia en la que trabajas, sino también de las marcas externas a la agencia. 7- No diseñes, pero sí arma estrategias dentro de tus gráficos. No analices, sintetiza. No pienses en piezas publicitarias, piensa en publicidad estratificada en piezas. 8- Obedece u oblígate a obedecer. Las muchas opiniones sobre un concepto retrasan, abollan, matan las grandes ideas. Vale más una campaña mediocre y bien planeada que lo contrario, que una gran idea sin ritmo. 9- No presentes tus diseños o textos a medias. ¿Saldrías al comedor de tu casa en la cena navideña en frac y en calzones o en vestido de noche pero con la toalla en la cabeza y con la mitad de las uñas sin pintar? 10- Sé amante de todo lo humano y luego de la publicidad, que es un derivado de las necesidades humanas. Si al revés lo haces confundes los medios con los fines, la publicidad con la comunicación. Gracias.
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