¿Te has fijado en Facebook que las personas tienden a vestir o usar cierta gama de colores? Cada uno tiene su propia personalidad, su estilo y sus colores favoritos al vestir, pero la mayoría de las veces son influencia del ambiente en el que se desenvuelve. La gente similar tiende a usar la misma gama de colores. “todo contacto contamina”, dice Octavio Paz. Esto no significa que todos se vistan igual. Por ejemplo, un grupo de amigos puede vestir con colores fríos: azules, grises, negros, morados, verdes pálidos y todos aquellos que llamaríamos “colores tristes”. Los psicólogos dirían que eso refleja su estado emocional y les pondrían la etiqueta de “depresivos”. Pero los colores van más allá de las emociones. Los colores cálidos, o llamativos, son propios de las personas del sur o de las que viven en costa. Haz la prueba. Aquellos quienes viven en las ciudades, tienden a usar colores oscuros y fríos. ¿A qué se debe este fenómeno? A su configuración mental. Los oriundos de costa son más cálidos entre sí, son más amigables y los colores que los rodean son los tonos del sol. Dice Neruda en unos versos “Hace tiempo, allá lejos, puse los pies en un país tan claro que hasta la noche era fosforescente”, y así es su pensamiento, lúcido y vivaracho. En cambio, en las ciudades son más competitivos, más fríos. La individualidad reina así como el gris ambiente contaminado por las sombras de los edificios y el aire con smog. Esos colores rodean a los citadinos y así se visten. Datos como esos nos ayudan a saber de dónde es la gente y con ello cómo piensa. Entonces sabremos qué tan complejo podemos hacer el mensaje publicitario y además, qué colores ocupar en las campañas. No sólo es necesario estar pendientes de la moda, pues hay que saber qué ocurre por la mente de nuestra audiencia y mimetizarnos con teoría.
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