¿Desde cuándo el sexo determina el color de la ropa infantil y de los juguetes? Rosa para la niña, azul para el niño, y si no se sabe entonces amarillo para no errarle. Esta costumbre se desarrolló hace muchos años, y por supuesto, ha resultado determinante para establecer el color de la mayoría de productos para niños. La historia del azul y el rosa tiene varias versiones. La que reúne más pruebas es la que cuenta que los alemanes y católicos belgas consideraban el rojo como el color de la valentía y de la masculinidad, por lo que a los niños los vestían con un tono más claro: el rosa. Este color era como un ensayo para la valentía e impulsividad que alcanzarían con la madurez. En cambio, el color azul era pureza y se relacionaba con el cielo, el color de las niñas; al ser también símbolo de virginidad, el velo de la Virgen María se pinta azul y blanco desde hace varios siglos. Pero el cambio de colores no se sabe bien en qué época se suscitó, si fue una moda francesa o fue hasta la Segunda Guerra Mundial. Quizás fue a raíz de que los overoles de los trabajadores antes de la revolución industrial eran azules. Se dice que los colores probablemente se revirtieron a inicios del siglo pasado gracias a la idea de igualdad de género, lo que la convierte en la versión más razonable. Sin embargo, aunque la historia de los colores del género es borrosa, la sociedad ya está programada para designar rosa o azul según el sexo. En los supermercados cuando vamos por el pasillo de juguetes de niñas, podemos ver los estantes rosas. En cambio, el pasillo de juguetes de niños tiene azules y otros colores. ¿Es que estamos violando el libre albedrío. Como mercadólogos y publicistas no debemos olvidar que escuchar a las personas es lo principal. Veamos personas, no como consumidores. Las niñas también quieren jugar con coches, dinosaurios y superhéroes; los niños quieren jugar con muñecas, e incluso algunos psicólogos lo recomiendan. ¿Hay alguna respuesta de mercado para eso?
Comentarios