Quizá te cause ruido el título de este artículo, naturalmente, como así nos ha causado mucho ruido el encontrarnos recientemente con una particular curiosidad en algunas fanpages de diversas marcas… La pregunta pertinente sería: ¿es en serio? Yo sí estoy hablando en serio. Cuando descubres la página de una marca en Facebook, atraviesas por un umbral de decisión subconsciente: convertirte en su fan o no. Si la marca te resulta familiar y ya eres parte de su mercado cautivo, muy probablemente des clic en el botoncito de Like sin mayores miramientos, pues sobreentendemos todos que los contenidos de la página serán afines a tus gustos y que disfrutarás recibiendo actualizaciones con las novedades que la marca tenga para ti. Si, por otro lado, no es una marca que suelas consumir y que ni siquiera tiene la mínima posibilidad de entrar dentro de tus necesidades alguna vez (porque los hombres no usamos toallas femeninas y porque las mujeres no compran aceite para motores), entonces simplemente abandonarás la página, muy posiblemente sin siquiera echar un vistazo. ¿Pero qué pasa con el punto medio? Allá vamos. Supongamos que a mí me gusta tomar whisky (ojo, dije supongamos), y que tengo preferencia por determinada marca, para efectos prácticos llamémosle Old Parr; tomemos en cuenta que esa marca puede ser de mi preferencia no sólo por gusto, sino por tradición familiar, y que mi fidelidad hacia ella es más que sólida; ¿cómo podría hacer Buchanan’s para ganarse mi atención?, ¿qué factores podrían provocar que yo me convierta en fan de su página? Ese es el trabajo de un Social Media Creative, y del Content Manager, y del Community, y de todos los involucrados en el proyecto de la fanpage… Ofrecer contenidos visualmente atractivos, cuya esencia pudiera provocar química con el mercado potencial, es una alternativa: compartir consejos útiles para la comunidad de acuerdo al perfil del target, recomendaciones de lugares de moda o nuevas recetas para mezclar tus bebidas; brindar actualizaciones de noticias relevantes en determinado lugar si hablamos de una segmentación geográfica; ofrecer un espacio para comentar brevemente, y debatir si da el caso, sobre temas actuales de interés público; crear un blog en el cual publicar periódicamente relatos ficticios que pudieran seducir a la comunidad a experimentar las mismas sensaciones de placer que los personajes en la narración; ¡regalar producto!, o viajes, u ofrecer una sección de juegos para matar el estrés, hablar de futbol, de vestidos, de música, compartir frases de películas famosas, u otras motivacionales colocadas sobre fotografías de paisajes atractivos… Qué sé yo. El objetivo de crear una comunidad es el de promover una especie interacción que no sería posible en ningún otro medio; las redes sociales han llegado a sustituir cualquier línea directa para recibir dudas o quejas, todo buzón de sugerencias y todo correo para cartas con felicitaciones; han brindado la oportunidad a las marcas de crear una voz personalizada para sí misma, incluso un personaje que conviva directamente con sus amigos: los consumidores (incluyendo los potenciales). No hay que distanciarnos de la esencia de crear un espacio que hable de ti, de tus valores y de las ventajas y beneficios que tiene tu producto y/o servicio, y que lo diferencian de los demás. Las fanpages se han transformado en una tarjeta de presentación dinámica para cada marca, en un diseño donde la oportunidad de generar fidelidad entre tu mercado es tan grande como es grande la responsabilidad de asumir las consecuencias de aprovechar dicha oportunidad. Quizá nunca había cobrado un sentido tan especial la frase: piensa rápido, habla despacio. La reciente tendencia en la que se han involucrado diversas marcas, de compartir memes con su comunidad como principal estrategia de comunicación es, sencillamente, lamentable. Está bien disfrutar un rato de risas y aprovechar los tonos y los temas de moda para involucrarte en conversaciones y atraer a tu público, pero incluir memes como plato fuerte… ¿Realmente es válido?, ¿qué tanto? ¿Por qué carajos?, ¿acaso se acabaron las buenas ideas en el mundo? No quiero parecer exagerado, pero sí quiero insistir: ¿memes?, ¿es en serio? Querida marca (Cc. Queridos clientes y Queridos creativos): tu comunidad te está escuchando, está ahí porque le interesa lo que puedes compartir con ella. ¿realmente quieres llenarle los ratos de ocio con chistes intrascendentes?, ¿no te gustaría aportar algo de valor a sus días? Ahí está el detalle.
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