¿Qué hace que un estudio de diseño sea exitoso? Esa pregunta me la realicé hace meses mientras asistía a la presentación de proyectos de los principales estudios de diseño de Lima. Conforme avanzaban las exposiciones, a pesar de la diferencia de estilos, aparecían prácticas y visiones comunes entre los estudios. A continuación una lista que intenta dar respuesta a la pregunta inicial: 1. Especialización y diferenciación: Los estudios exitosos suelen ser especializados. No es que acepten todas las ofertas que les llega y tampoco es que cierren a nuevos proyectos. Pero básicamente suelen especializarse en algún sector empresarial (restaurantes, centros comerciales, hoteles, etc.); algunas ramas del diseño (editorial, identidad, web, animación, etc.); tipo de proyecto (libros de viajes, portadas de discos, etc.) o por un estilo visual característico. 2. Visión: Como toda empresa exitosa tienen una clara visión de su negocio. Poseen principios y valores empresariales propios. Tienen un “rollo” sobre el ejercicio de la profesión pero también sobre aspectos que van más allá como la creatividad, la felicidad, el desarrollo del país, etc. 3. Enfoque en la gente: Una empresa de producción tiene insumos, procesos, inmuebles, tecnología, etc. Es decir una serie de activos que sustentan su valor empresarial. Pero en un estudio de diseño el principal activo lo constituyen las personas: su capacidad, talento, actitud, dedicación y compromiso. Lo que se vende es tiempo creativo. Las personas son la materia prima y a la vez la planta de producción. Por lo tanto los estudios exitosos suelen enfocarse en realizar actividades para fomentar el compromiso, identificación y satisfacción de sus colaboradores; garantizando así la retención de su capital intelectual. 4. Arriesgan. Hacen cosas que no hacían antes. Presentan propuestas o proyectos que pueden estar fuera de los requerimientos del cliente pero que –a criterio del estudio- son la mejor solución al problema de comunicación. Esos riesgos a veces naufragan pero otras (la mayoría) terminan llevándose a cabo. 5. Involucran al cliente: en todo el proceso. El cliente no es aquel que va a rechazar sus “creativas propuestas”. Es aquel con quien trabajan hombro a hombro para encontrar la mejor solución. Es aquel que sabe mucho de su negocio y del que se nutren para el proceso creativo. Es, finalmente, quien aplicará sus propuestas y volverá por más, generando un vínculo a largo plazo. 6. Son multidisciplinarios: atrás quedó la idea del diseñador trabajando sólo frente a su máquina sin voltear la mirada a lo que sucede alrededor. La interacción entre profesionales de distintas disciplinas como psicólogos, sociólogos, publicistas, comunicadores y arquitectos garantizan una propuesta integral de diseño. 7. Proyectos Pro bono: Generan proyectos voluntarios y sin remuneración al servicio de la sociedad. Algunas veces a solicitud de organismos públicos u ONGs y otras por iniciativa propia. Una excelente forma de fusionar libertad creativa con Responsabilidad Social Corporativa. Finalmente, espero que la lista presentada sirva para evaluar sus propios espacios laborales y generar propuestas que colaboren a mejorar el desempeño de sus empresas.
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