Estoy sentada esperando ser atendida en un restaurante de Lima, de pronto pasa por mi lado un empleado del local con un plato que llama poderosamente mi atención, logro ver desde mi mesa los rostros de satisfacción de los comensales al recibir esa obra de arte gastronómica. Qué plato es ese me pregunto? No me controlo y le pregunto al mozo ¿qué es? y ¿cómo se llama? Finalmente termino pidiendo el mismo plato, una costumbre que muchos repetimos sin siquiera reflexionar. Probablemente ustedes también hayan pasado por esta situación, pero no hay de qué preocuparse, es una respuesta biológicamente natural, incluso antropológicamente base del desarrollo de nuestra civilización, son nuestras “neuronas espejo” las que están actuando. Estudios realizados por Giacom Rizzolatti, investigador de la Universidad de Parma Italia, demostraron que las neuronas espejo se activan en el momento que realizamos alguna acción, sin embargo también lo hacen cuando observamos a otra persona realizar esa misma tarea. De este modo nuestro cerebro es capaz de implicarse activamente en las acciones, sensaciones y emociones llevadas a cabo por otra persona. [dailymotion]http://www.dailymotion.com/video/xnt7sq_neuronas-espejo_school[/dailymotion] Por otro lado, realizados por el especialista Vilayanur Rimachandran sobre las neuronas espejo nos dicen que desde hace miles de años estas neuronas contribuyen en el aprendizaje y evolución de la especie humana. A partir de la aparición de estas neuronas hace aproximadamente 75,000 años empezamos a aprender rápidamente a cazar, fabricar armas y herramientas, manifestarnos mediante pinturas e incluso comunicarnos. En una reunión, basta que uno de los participantes bostece, para que luego de esto escuchemos a alguien comentar «me contagiaste tu sueño», incluso al leer sobre bostezar o “tener sueño” podemos empezar a sentirnos contagiados; son las neuronas espejo al ataque. Se ha dado cuenta qué cuando nos hablan por teléfono en voz baja, respondemos en voz baja. Ahora entenderemos por qué cuando estamos de compras deseamos la ropa que se encuentra vistiendo al maniquí, nuestras neuronas espejo, inconscientemente nos han hecho visualizar lo bien que nos quedará, lo bien que nos veremos. El que muchas marcas utilicen estrellas de la música, fútbol, atletismo, cine, líderes de opinión, en general, se sustenta en las neuronas espejo, pagan muchos miles de dólares para asociar sus marcas a ídolos de carne y hueso que muchos de nosotros deseamos ser. Cuando nuestras neuronas espejo los ven utilizando determinados productos, desearemos vernos como ellos y compraremos la marca para acercarnos a la imagen de nuestro ídolo, la persona que admiramos. Por esto, la elección del referente debe ser analizada con sumo cuidado, debemos tener claro que este líder persona sea aceptado por el cerebro utilizando determinada marca, así como nuestro segmento debe sentirse identificado con el personaje, sino cuando el cerebro reciba la información, no lo asociará de forma satisfactoria de la marca. Las neuronas espejo transmiten las emociones, es por esto que respondemos con una sonrisa cuando nos saludan de esta forma, y nos sentimos mal cuando vemos llorar o sufrir a otra persona, las neuronas espejo son la base de la empatía. Ahora que sabemos que existen y cómo funcionan las neuronas espejo, es importante lograr que el consumidor se visualice inconscientemente disfrutando al consumir o utilizar nuestra marca; es trascendente lograr que la experiencia dentro de su canal de venta o de servicio al cliente sea gratificante, no en vano una cadena de café es totalmente de vidrio y al mirar a través de él podemos apreciar total comodidad y placer. V.S. Ramachandran Para terminar quisiera llamar la atención de la fuerza de las neuronas espejo mal usadas muchas veces por los medios informativos quienes nos dan repetidamente información de noticias de maltratos, abusos, suicidios, violaciones, entre otros, que a muchas personas susceptibles o indefensas, los hacen pensar, también lo puedo hacer yo no? Con la colaboración de Fredy Ferreyra, mi pupilo, amante de las Neurociencias.
Comentarios