Si el mundo de las marcas es competitivo, el de los profesionistas es aún peor. Para distinguirnos de los miles de personas que se dedican a lo mismo, y sobretodos siendo creativos, debemos innovar y dejar volar la imaginación para crear una marca personal identificable. Quizá desde niños o reforzar nuestra identidad desde la dimensión desconocida de la muerte: todo es posible. Hace unos meses se dio a conocer el caso de Jeremiah McDonald, un hombre que fue entrevistado por su “yo del pasado” dando a conocer su video en Youtube. ¿Cómo fue? Cuando era pequeño, tuvo la idea de grabarse con una VHS haciéndose algunas preguntas, simulando una entrevista. Ahora, a sus 20 años desempolvó esa entrevista y realizó la segunda parte, contestando sus preguntas de niño. Este caso se convirtió en viral, pues tiene unos diálogos divertidos entre Jeremiah adulto y el Jeremiah niño. ¿Alguien en el mundo sabía de la existencia de este hombre antes de su video? Al menos nosotros no, ni por estos rumbos, pero eso le valió ser reconocido en el munod como un genio creativo. Incluso, si de reforzar el personal branding se trata, la opción es seguir tuiteando aún después de la muerte para no ser olvidado. Eduardo Herraiz hace más de un año creó una aplicación en la que, una vez comprobada la inactividad de la cuenta de Twitter, comenzarán a publicarse los tuits programados en vida. Este proyecto no ha tenido es éxito esperado, pues tal vez los usuarios no se encuentran tan preocupados por la muerte, pero quizá en algunos años nuestra nueva generación “Z” de nativos digitales se preocupe por su intervención en redes sociales sin importar la barrera de la muerte.
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