Medio día. Sol. Estás en mangas de camisa y sudas. Desabrochas tu camisa, desabrochas dos botones para que entre el aire. Llega un brief. Llega otro brief. Llegan cinco briefs en menos de cinco minutos. Tu cuenta bancaria, claro, se hará gorda, pero tienes que evitar ponerte flaco por trabajar mucho. El primer brief dice algo así: «Un hospital necesita que le redactes un texto genérico para comunicar sus atributos». Sólo los expertos en sánscrito, en tarot y en brujerías entienden tal aberración. Pero algo tienes que hacer. Sacas de tu memoria un texto de Neruda y dices:
«Me gustas cuando callas, porque estás como ausente».
Después lo modificas y escribes:
«Nuestros médicos saben interpretar sus malestares a través de sus silencios».
Sigues con Neruda:
«y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca».
Y modificas:
«Nos gusta darle seguimiento a nuestros pacientes cuando están lejos, en la distancia, para que no se sientan solos».
Vuelves a Neruda:
«Parece que los ojos se te hubieran volado y parece que un beso te cerrara la boca».
Sigues rememorando, enciendes un cigarro y redactas así:
«Con nosotros usted puede dormir tranquilo, pues mientras usted sueña, nosotros luchamos contra todo aquello que interfiere con su salud».
Al parecer, al parecer ya tienes un buen inicio para tu texto. Muchos redactores dicen que esperan la «inspiración», el momento «idóneo», la «iluminación». Sí, me gusta el romanticismo, pero me gusta más ganar dinero y tener para pagar la renta, el coche, la luz y el gas. Tenemos que escribir más rápido, más y más rápido y bien, pues los clientes se multiplican debido a la nueva «cultura emprendedora». Otra forma de escribir con velocidad es acudiendo al `hipérbaton´. Aquí algunos ejemplos: «economía política» y «política económica», «la verdad del mundo» y «el mundo de la verdad». Los semióticos le llaman a todo esto «sintaxis». Intercambiando el lugar de las palabras modificamos los significados y hasta descubrimos nuevos significados. Pero sigamos con los briefs. El brief número dos dictamina esto: «Mi estimado Zeind, el cliente quiere una historia infantil, pues producirá un video para que los niños visiten su área de juegos». Maldición, tienes que hacer diez y veinte textos y es imposible que te pongas a imaginar sagas o historias que superen a las de Disney. Consejo: toma un poema de Tennyson, uno llamado `El Águila´, y ayúdate con él. Dice el poema:
Se aferra al peñasco con garras encorvadas, cerca del sol, en tierras solitarias; por un mundo de azur circundada se alza.
Y ahora escribe el guión:
Un águila se sentía sola, sola aunque lo tenía todo, aunque tenía el azul del cielo, la amistad de la montaña y la fama de su fuerza. Para mitigar su soledad bajó con los hombres, que trabajaban haciendo embarcaciones. El águila pensó que podía ayudar a los hombres con su poderosa visión, la cual era capaz de vislumbrar lo que para el hombre es el futuro, que está hecho de distancia.
Creo que no tenemos que buscar la inspiración todos los días, creo que debemos apoyarnos en el gran arte para trabajar, pues ahí todo está dicho. Tu labor como redactor es esta: encontrar nuevos modos para decir las mismas grandes cosas de siempre. ¿Crees que Shakespeare se rompió la cabeza pensando nuevos argumentos? No, Shakespeare usó los argumentos romanos y las tramas griegas, y todo lo reinterpretó desde su visión inglesa. Buen jornal, jornal bueno, Comunidad Roastbrief. Blog: http://donpalafox.blogspot.mx/
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