Artículo sobre Estética. Pintura analizada: «Las Señoritas de Aviñón», 1907. Lienzo al óleo, 240 x 230 cm. Nueva York, Museum of Modern Art, legado de Lillie P. Bliss. En las grandes ciudades constantemente sentimos que nuestro cuerpo quiere ir hacia la izquierda, que nuestra alma quiere ir hacia la derecha, que nuestros huesos quieren retroceder y que nuestros ojos se pierden. Esta sensación es incómoda y no trae muchos beneficios. Pero uno de los beneficios del caos fue el Cubismo. Decía Ezra Pound que el buen crítico de arte no habla vacuamente, sino concretamente. No hablemos del Cubismo, pero sí de una pintura cubista, y a partir de ella hagamos nuestras inducciones. Veamos una pintura de Pablo Picasso llamada `Las Señoritas de Aviñón´. Al ver la pintura podemos leerla de varias maneras. Pero la correcta es la histórica. ¿De dónde viene el Cubismo? El cubismo tuvo sus orígenes en la escultura africana (las máscaras de los Ibo, en Nigeria, son como los rostros dibujados por Picasso). Si miramos los dos rostros de la derecha veremos que simulan ser máscaras. En cambio, las dos de la izquierda son caras humanas. Fue Cézanne quien abrió los caminos del cubismo. ¿Cómo? Analizando las figuras geométricas que hay detrás de las formas naturales. Dicen que Descartes, cuando era niño, todo lo veía geométricamente. Pascal, por su parte, dijo que todos los hombres tenemos un «espíritu de finesa» (sintético) y un «espíritu de geometría» (analítico). Lo que hizo Cézanne fue abstraer de lo fino, de lo delineado y de lo armónico algo burdo, burdo pero perdurable. Para Cézanne detrás de unos bellos ojos azules no está el cielo, sino un par de círculos. Para Picasso detrás de unos ojos negros no hay una negra o mala suerte, sino una fijeza, algo inmutable. La antigua escultura ibérica se distinguía porque fabricaba rostros con ojos fijos, ojos que miraban al frente aunque el cuerpo y el alma y los huesos estuvieran en posiciones diversas. ¿No es maravilloso cómo el arte se adelanta al tiempo y cómo sirve para expresar nuestros sentimientos? Volvamos a Pound. Pound dijo en un ensayo lo siguiente (`El artista serio´, 1913): «Las artes nos dan un gran porcentaje de los datos perdurables e inexpugnables relacionados con la naturaleza del hombre». El arte es una ciencia. El arte tiene objeto de estudio, técnica, teorías, inducciones y expresiones, tiene todo eso, tiene todo lo que posee la ciencia. Un buen artista registra arduamente los rasgos del ser humano. Lo que Picasso se propuso al pintar `Las señoritas de Aviñón´ fue trazar la condición humana moderna de las mujeres, condición llena de geometría, maquinismo, industrialismo y sistematización, cosas todas implícitas en el hombre. ¿Qué datos perdurables encontramos en la pintura? Encontramos, en primer sitio, el erotismo, simbolizado por los senos y las «rectas curvas» de las señoritas. La mujer no puede perder su erotismo aunque se vista de traje sastre, aunque oculte su cuerpo. También vemos que el ser humano siempre actúa usando máscaras. Además, contemplando los ojos de las mujeres entendemos nuestro afán por aprehender el presente a través del pasado. Un ojo observa lo cotidiano, pero el otro observa la eternidad. El Cubismo tiene dos vertientes: analítica y sintética. El Cubismo analítico buscaba abarcar todas las posiciones posibles y dispersar las partes de un objeto para asimilarlo mejor y con un solo golpe. El Cubismo sintético, a su vez, quería conjuntar, juntar, armonizar, yuxtaponer. Parece que las señoritas de Picasso desean ensamblarse con la naturaleza. Y tal deseo es instintivo. Cuando vamos a diseñar un anuncio debemos tomar en cuenta cuáles son los «datos perdurables e inexpugnables relacionados con la naturaleza del hombre», pues sólo así es posible transmitir algo en un medio ambiente o espacio geométrico caótico (lo geométrico no siempre es simétrico), analítico. Alfonsina Storni sabía lo que siente la mujer cuando está en el mundo (Da-Sein), cuando tiene que luchar para que sus curvas se adapten a la cuadrícula masculina (¿nadie nota cómo la mujer se curvea cuando abraza al recto tronco que es su novio?)… y por eso nos heredó estos versos (`El ruego´): «Esta pasión ardiente y desmedida la he perdido, Señor, haciendo versos». Buenos días al cubo, Comunidad Roastbrief.
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