«La idea nace del pensamiento, crece con el peloteo y muere por culpa del miedo». Una idea, en publicidad, es esa que al descubrirla te mueve el piso. Te acelera los latidos. Es como el sentido arácnido de los publicistas: sientes un escalofrío, una fricción en tu cerebro y es ahí cuando dices «¡Voila!», «¡Eureka!», «¡Lo encontré!». Pero una buena idea SIEMPRE será perseguida por el miedo, su fiel e inseparable enemigo: miedo al fracaso, miedo al qué dirán, miedo a si se podrá realizar, miedo a la reacción de las personas. Miedo a todo. Ante una buena idea, siempre se interpondrá el miedo. Y, ¿cómo podemos vencer ese miedo? Fácil… con huevos. Si no tenemos huevos nunca podremos encarar ese miedo y así descubrir hasta dónde puede llegar nuestra buena idea. Si no tenemos huevos no podremos crecer. Sin huevos no podremos ser publicistas. Carajo. Necesitamos vencer ese miedo y hacer que esa buena idea, que nació del pensamiento y se desarrolló con el peloteo, crezca y crezca y crezca hasta convertirse en una gran y exitosa campaña. Toda buena idea creativa responde a una estrategia y exhalta el «insight» de una forma única, y sus recursos creativos son ilimitados. Así que ya saben, cuando sientan ese escalofrío, esa pequeña fricción en el cerebro, es señal de que ha nacido una buena idea. Buen día, Comunidad Roastbrief.
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