Agronegocios o negocios sustentables son áreas que se encuentran en desarrollo en diversas partes del mundo, y que se consideran una tendencia a seguir desde distintas áreas: de ingenierías, económicas, sociales, de salud y por supuesto, mercadológicas. Seguramente te preguntarás ¿cómo? Muchas personas creen que en esta área sólo se trabaja en el campo para producir o en los mercados vendiendo frutas. Sin embargo, es muy amplio este sector, pues se divide en insumos, producción e industrialización. El trabajo de la gente de mercadotecnia no sólo está en promover los productos agrícolas o la maquinaria, sino va más allá. Lo interesante de este tema, es la mezcla que existe entre mercadotecnia y la ingeniería genética de los productos pues, se hacen estudios de mercado para adaptar hortalizas y frutos a las necesidades de los consumidores. Uno de los casos más conocidos, es la producción de la uva o del limón sin semilla, que se comercializan desde hace tiempo para aprovecharlos mejor y para favorecer las peticiones de comodidad y practicidad de los consumidores. Otro ejemplo, es la producción de sandías pequeñas: antes eran muy grandes, pero gracias a estudios de mercado se dieron cuenta de que las familias son cada vez más pequeñas, y una fruta de ese tamaño no alcanza a consumirse. Por ello, con la ayuda de la genética, se producen sandías de menor tamaño y sin semillas para no generar desperdicios en centros comerciales o en mercados, para facilitar su manejo, y para que las personas puedan consumirlas sin luchar con las estorbosas semillas. Por otra parte, se han desarrollado algunas excentricidades para segmentos con un alto poder adquisitivo, como el caso de las cerezas en almíbar sabor limón. Tal vez parezca extraño, pero no se pueden juzgar los gustos y deseos de los consumidores. Los mercadólogos estamos para escucharlos. En varios países se pueden encontrar otros productos modificados para hacerlos más atractivos, como el tomate cherry llamado así por su tamaño, o para mejorar calidad y sabor, como es el caso de los nuevos pimientos sin semilla o de las cebollas rojas globosas producidas en Colombia. De la misma forma, se han hecho modificaciones a las flores para que puedan exportarse y tengan una mayor aceptación en otros lugares o culturas. Esto se puede apreciar con la producción de claveles y rosas azules en Australia y Colombia o con la diversa pigmentación Nochebuenas, siendo la más exitosa las de color rosa mexicano y las amarillas. Esto muestra que hay mucho material de mercado por investigar para ayudar en el sector agrícola, pues las necesidades y gustos ahora pueden ser cubiertos gracias a la tecnología genética en alimentos y productos vegetales: con ello se puede tener una sociedad más saludable al incrementar consumo de frutas y verduras.
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