Hace unas semanas que inicié mi participación en este foro, compartí mi preocupación por el ruido que se nos avecina con las elecciones presidenciales. Independientemente de lo que ellos hagan a propósito, con un bombardeo mayúsculo de estrategias minúsculas, no quiero ni pensar en el alud de torpezas que se nos viene en las redes sociales. Si ni las marcas, que en teoría tienen estrategas visionarios con experiencia de calle, han sabido convivir con los usuarios de las redes, es imaginable la sarta de torpezas que nos espera con estos políticos que apenas hace poquito entendieron (aunque no lo acepten) que deben de poner un poquito más de atención a la retroalimentación que la ciudadanía les brinda a diario. Con la serie de omisiones, tropiezos y torpezas que el engominado aspirante a la presidencia nos ha obsequiado, se ha hecho patente la falta de visión y de comprensión que la autoridá muestra respecto al funcionamiento y el flujo de la comunicación en las redes sociales. Es evidente que, si ni siquiera en los medios tradicionales se han percatado de que estamos hartos de que nos digan lo que nos quieren decir en lugar de lo que necesitamos escuchar, aventurarse a participar en la nueva comunicación va más allá de un reto. Me los imagino como a un pobre ciego tratando de caminar en un campo minado sembrado de nopales, que lo que no les explota los espina. Para como veo las cosas y con base en su comportamiento hasta hoy, lo que predigo es que van a seguir dando de tumbos digitales hasta el hartazgo y solamente aquel que vea más allá de sus narices va a tener éxito entre los usuarios de muros virtuales y de TimeLines activos. Solamente aquél que tenga la cordura de hacer un alto y asimilar que esta nueva comunicación no implica promoverse, sino integrarse y crear comunidades, podrá ser aceptado por la sociedad cibernética. Aquí es donde vamos a ver de qué lado masca la iguana: a quién le importamos, quién tiene el deseo de escucharnos y quién se preocupa por pertenecer a la prole votante. Sobre todo, quién es el que busque a un estratega EN SERIO que lo asesore inteligentemente en el Community Management, término que le es ajeno, por supuesto, a la mayoría de ellos. Como dice un amigo, “si una funeraria la ha podido hacer en internet, imagínate los demás” (chécate @funerariasJGL y @antes_demorir en Twitter), pero seguramente aquellos ni enterados. El único que creí que estaba haciendo un uso útil, sensato y conveniente de Twitter es @m_ebrard y hasta lo felicité el otro día que estuvo monitoreando e informando sobre el temblor por medio de su cuenta. Excelente manejo… ¿el problema? Él estaba en Buenos Aires y, con eso, perdió credibilidad. Tan fácil que hubiera sido decir que estaba al pendiente por medio de RTs ¡duh! Ven y comparte tus opiniones. No te quedes callad@. Deja tu comentario o contáctame en Twitter @LaBreton. Besito mua.
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