El pobre Benito Bodoque, sin estudios como le reprocha Don Gato, lo tiene muy claro en este video. Venderá algo que nadie más vende y se hará rico. Años más tarde, W. Chan Kim y Renée Mauborgne desarrollaron la teoría de los Océanos Azules para definir aquellos negocios que se lanzan en mercados sin competencia y por ello, cuentan con grandes ventajas. Un Océano Azul es aquel en el que nadaremos libres de peligros, podremos desarrollarnos y crecer sin miedo a los depredadores y dedicando más tiempo a mejorar nuestro producto y servicio, y la atención al cliente, que en competir y defendernos de los competidores. Es azul, limpio y transparente frente a los mares enrojecidos por las heridas que los tiburones infligen a todo el que se interna en sus dominios. El marketing es un gran juego de estrategia en el que, como el ajedrez, las damas o el Risk, la única forma de ganar es quitándole las piezas a los demás. He conocido a directivos que disfrutan tanto moviendo sus fichas que a veces, parecía que lo estaban convirtiendo en algo personal. Colocan las gráficas en lugares bien visibles y ajustan cada día las hojas de cálculo excel viendo crecer su porción de la tarta. Pero también he conocido a pequeñas empresas felices de poder ofrecer sus productos sin luchar a muerte con su competencia. Porque no la tienen. Y he aquí una de las mayores oportunidades creativas que a un publicitario se le puede presentar en su vida.
Olvidarse de la publicidad comparativa. Olvidarse de evitar los conceptos que ya utilizan las otras marcas. Olvidarse de intentar parecerse al líder o todo lo contrario. Olvidarse, en definitiva de cómo lo hacen los demás y centrarse en uno mismo. Y ser libre en la creación.
Vale. Esto es un reto y un inconveniente, porque no tenemos referencias de lo que le gusta o no le gusta al consumidor. De cómo ha reaccionado y de cómo podemos suplir las carencias que deja el otro. Pero eso sólo le importará a quien no quiera disfrutar de sentirse un explorador adentrándose por primera vez en la Antártida, como si fuera un Amundsen de la publicidad. Has de explorar un nuevo territorio, y marcarás el camino a los que lleguen detrás. Puede que tarden mucho en llegar o puede que te pierdas y nunca venga nadie a buscarte, porque hayan preferido seguir otras sendas, sabiendo que tú no lograste sobrevivir. Pero si lo haces, lograrás dominar una de las 22 leyes inmutables del marketing, que dice «es preferible ser el primero que el mejor», porque habrás posicionado tu marca en la mente del consumidor como la que le descubrió la solución que estaba esperando, o que no esperaba. Serás el líder, aunque sea de un nicho o pequeño segmento. pero como dice el refrán, «es mejor ser cabeza de ratón, que cola de león»
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