[yframe url=’http://www.youtube.com/watch?v=zLZUMNR_okc’] Dicen que los hombres son fáciles de complacer. Aún en la publicidad, casi siempre basta que ese concepto bien estructurado lleve tras de sí una escultural mujer para tener el efecto esperado. Sin embargo, hemos caído tanto en ese recurso, como para ser recordados tan sólo por la estimulación visual que transmitimos, a pesar de tener un concepto «diferente». Muchas veces es el recurso el que mata la idea. Afortunadamente hay creativos que se miran en un espejo, sin irse tan lejos, para analizar bien de cerca las similitudes entre ellos y su target. Mejor aún es que las ideas más simples se encuentran en las cosas más obvias, justo donde aplica la frase «¿por qué no se me ocurrió a mí primero?». Éste es el caso de la cerveza Budweiser, en manos de Ogilvy Argentina, quienes echaron un vistazo a la vida del hombre común, promedio, y encontraron que podían unir dos de las actividades que más disfrutan, la cerveza y la parranda. Además de mezclar al fútbol, amado por muchos y odiado por otros, con el billar; sólo para «inventar» un nuevo deporte: el PoolBall. Sencillo y certero. Una mesa de billar gigante que a la vez es una mini cancha de soccer, con sus respectivos refrigeradores de Budweiser y sus hermosas edecanes, ¿ustedes qué opinan, le entraban al PoolBalll?
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